ADALAB es una escuela de programación que forma a mujeres jóvenes a través de un plan integral que combina formación técnica, desarrollo profesional y acompañamiento en la inserción laboral. El 94% de las mujeres que se forman en esta escuela de tecnología logran un puesto de trabajo en una media de 2 meses aproximadamente. Estas cifras atraen 400 solicitudes para 40 plazas. Esta escuela explica que “lo que más les motiva es promover la diversidad en el sector tecnológico, reduciendo la brecha de género actual al tiempo que ayudan a disminuir el desempleo.
Sus fundadoras son Inés Vázquez y Rosario Ortiz y explican que, tras formarse en el extranjero, decidieron aprovechar su experiencia para “fomentar el empleo de personas en condiciones desfavorables”. Comenzaron por conocer los puestos de trabajo que a las empresas más les estaba costando cubrir. De este modo pudieron diseñar un programa de formación que preparase profesionales que encajasen en esos perfiles.
Ada Lovelace, la primera programadora de la historia, inspira el nombre de esta escuela que toma el formato de los bootcamps de programación de EEUU, un formato de formación intensiva orientada a la inserción laboral. Así, cada curso en ADALAB dura 13 semanas presenciales. Al finalizar el curso entra en juego una parte importante de esta escuela; una mentoría de cuatro semanas. En esta parte de la formación, otras mujeres que ya están trabajando en empresas de tecnología ayudan a las alumnas de ADALAB en la búsqueda de empleo y les acompañan durante las primeras semanas en la empresa.
Su sitio web recoge testimonios de algunas de las mujeres jóvenes que se han formado en ADALAB y trabajan como programadoras. De cara al futuro, sus fundadoras continúan explorando posibilidades de abrir el abanico de formaciones con más oferta, pero siempre y cuando se traduzca en posibilidades de inserción laboral que contribuya a reducir la brecha de género en el ámbito tecnológico.
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