El álgebra es uno de los campos fundamentales de las matemáticas. Como disciplina que se dedica al estudio de conjuntos, es decir, colecciones de elementos, ha habido muchos matemáticos a lo largo de la historia que han destacado por trabajarla. Pero una mujer fue una de las grandes impulsoras del álgebra del siglo XX: la alemana Emmy Noether.
Emmy Noether nació el 23 de marzo de 1882 en la ciudad alemana de Baviera, hija de Ida Kauffman y el matemático Max Noether. Durante su infancia no mostró interés alguno por el ámbito en el que trabajaba su padre. Es más, en 1900 Noether tuvo que prepararse por su propia cuenta para pasar un examen y entrar en la Universidad de Erlangen-Nuremberg, puesto que en la escuela no se preparaba a las chicas para una prueba de este tipo porque se concebía que las chicas no iban a la universidad. Pero Emmy Noether pasó la prueba y se matriculó para estudiar idiomas. Allí era una de las dos únicas mujeres de entre 986 estudiantes matriculados. Aún así, encontró algunos obstáculos en su camino: para asistir a clase debía pedir una autorización al profesorado para que se la impartiera.
Noether, siendo una mujer reivindicativa adelantada al pensamiento tradicional de la época, enseguida rechazó aquello. Primero empezó a asistir a clases de Astronomía y, más tarde, en 1904, se matriculó en estudios de Matemáticas. En 1908 defendió su tesis con el título “Teoría de invariantes” en la que, por primera vez, menciona la transformación algebraica de los objetos. Es decir, introduce el álgebra. Y, aunque algunos no creían en ella, su teoría servía para explicar la Teoría de la Relatividad de Einstein. De.hecho, el propio Einstein la admiraba y fue considerada por él, entre otros como el matemático David Hilbert, la mujer más importante en la historia de las matemáticas.
En 1932 ocurrió algo histórico: Emmy Noether fue la primera mujer seleccionada para dar una de las veintiuna conferencias en el plenario del IX Congreso Internacional de Matemáticos de Zúrich, que se celebraba aquel año. No fue hasta setenta y cinco años más tarde, en 1990, que otra mujer, Karen K. Uhlenbeck,fue invitada al evento. Pero en 1933 la matemática tuvo que abandonar su puesto, debido a la ascensión de los nazis al poder, que despedían a todos los funcionarios con ascendencia judía. Sorpresa: Noether era judía. Pese a ello, marchó a Estados Unidos, a Pensilvania concretamente, al Bryn Mawr College y a la Universidad de Princeton, donde impartió clases semanales.
Una vez más, una de las grandes gemas de la humanidad surgió de la mente de una mujer. Hoy en día, el álgebra abstracta se aplica en el desarrollo de la estadística, la robótica o la biología, entre otros muchos campos..
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