En los últimos años la medicina regenerativa no ha dejado de avanzar. Versiones de laboratorio de hígado, cerebro y riñones han sido desarrollados con el fin de estudiar ciertas enfermedades, probar fármacos o, en última instancia, usarlos para trasplantes en humanos. Las protagonistas del último avance publicado son investigadoras del Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC) que han conseguido crear miniriñones a partir de células madre y dotarlos de riego sanguíneo. Con un procedimiento de 20 días, los riñones resultantes son similares al de un embrión de 6 meses.
El riñón es un órgano muy complejo, con unos 23 tipos de células distintas e implicado en muchas enfermedades primarias y afectado por otras secundarias. En 2013 ya se consiguieron miniriñones, que fueron mejorados en 2015, pero ambos se conocían como “miniriñones quiméricos”, es decir, estaban formados por una mezcla de células humanas y de ratones. En este nuevo trabajo liderado por la Dra. Núria Montserrat, investigadora principal ICREA en el IBEC, se ha conseguido la formación de los riñones a partir únicamente de células humanas. El trabajo se condujo en colaboración con el Hospital Clínic de Barcelona, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Barcelona y el Salk Institute for Biological Studies (EE.UU.) y ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature Materials.
Las científicas y científicos del IBEC trabajaron con células madre pluripotentes (células capaces de diferenciarse en nuevos tipos celulares) pudiendo crear un cultivo de células en 3D parecido al tejido embrionario de riñón humano. Además, consiguieron proveerlo de red vascular, observaron cómo las células endoteliales eran capaces de ir creando las paredes de los vasos sanguíneos. Este último avance es determinante para poder estudiar la formación de los vasos sanguíneos en el riñón, cómo irrigan o el crecimiento de las nefronas (unidad funcional básica del riñón, responsable de filtrar la sangre).
Los resultados de esta investigación permiten a corto plazo, generar conocimiento sobre la formación y desarrollo del riñón, y probar nuevos fármacos o terapias para afectaciones renales. A largo plazo, puede que este sea el embrión de un futuro riñón para ser trasplantado.
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