#marchforlove //Instagram

Este sábado se reabrieron las dos mezquitas de la ciudad de Christchurch, en Nueva Zelanda, después del trágico ataque islamofóbico en el que el pasado viernes perdieron la vida cincuenta personas y casi un centenar resultaron heridas. Fue una apertura solemne en memoria de las víctimas, la mayoría inmigrantes o refugiadas pertenecientes a la comunidad musulmana, procedentes de países como Pakistán, India, Malasia, Indonesia, Turquía, Somalia, Afganistán y Bangladesh, cuyas muertes han impactado en todo el mundo islámico.

 

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, denunció rápidamente el ataque como terrorista. Y este viernes, en el acto en homenaje a las víctimas realizado en el Parque North Hagley situado entre las dos mezquitas escenario de los ataques, dio su discurso vestida con traje negro y con velo, recordando que Nueva Zelanda es una nación diversa que cuenta con 200 etnias diferentes y 160 lenguas, y que siempre dará la bienvenida a “otros”. Una comunidad caracterizada por ser un país tranquilo y seguro y que ahora “lo único que hay que cambiar después del atentado sufrido, es que la puerta debe estar cerrada para todas las personas que propagan odio y miedo”. Un país “donde no hay lugar para este tipo de ataques”, con un posicionamiento claro y rotundo de tolerancia cero ante la violencia.

 

Unas palabras de las que se hacen eco en todo el mundo, y que están siendo acompañadas de acciones solidarias con la comunidad musulmana de Nueva Zelanda, y también a nivel mundial, un colectivo que a día de hoy es de los que más rechazo está sufriendo.

 

Por ello, este sábado se organizaban “Marchas por el amor” en Christchurch, en que miles de personas se pronunciaban con mensajes claros, como “Los y las musulmanas son bienvenidas, los y las racistas no” y “Kia Kaha”: los y las maoríes “permanecen fuertes”. Comunicados de empatía y apoyo hacia las víctimas y de rechazo a la violencia.

 

También muchas mujeres se han cubierto el cabello con el hijab, velo islámico, como parte de la campaña de “solidaridad con las musulmanas”. Entre ellas, periodistas y presentadoras de informativos de televisión que, según se ha compartido en las redes sociales, aparecieron este día en el plató y en las calles con esta prenda. Un posicionamiento valiente cuando el uso del velo islámico ha motivado muchas polémicas en todo el mundo al querer ser prohibido su uso en determinados sectores, interfiriendo así sobre el derecho de todas las mujeres a la igualdad al ser discriminadas por la forma de vestir o la religión.

 

Ante la violencia, los estudios científicos muestran cómo el mejor antídoto son los mejores sentimientos, como la solidaridad y el amor, sentimientos que transforman la relaciones sociales en contextos de libertad. Y en Nueva Zelanda lo tienen muy claro, y así lo muestran a través de los mensajes de solidaridad que lanzan a todo el mundo “Ell@s [las víctimas] son nosotr@s. Nosotr@s somos ell@s. Tod@s somos un@.”

Secciones: Noticias subportada

Si quieres, puedes escribir tu aportación