Las dificultades de las mujeres de todo el mundo para acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones respecto a los hombres no son una novedad, pero la magnitud de esta desigualdad a veces no es suficientemente conocida. A nivel mundial la ocupación laboral de las mujeres sólo llega a un 48.9%, y la cifra de empleo se reduce con un menor nivel de estudios.

Por eso, iniciativas como la Cartier Women’s Awards de la que informamos hace poco son fundamentales para contrarrestar esta situación y transformar la realidad, no sólo de muchas mujeres en todo el mundo, sino también de sus contextos y comunidades.

En la línea de los premios, algunas aportaciones son especialmente destacables en cuanto al empoderamiento tecnológico de las mujeres musulmanas, como son los casos de las finalistas de las ediciones de 2017 y 2018 en los premios otorgados en relación con iniciativas lideradas por mujeres de Oriente Medio y el Norte de África. Algunos de estos casos son Hanan Khader, sobre quien informamos hace una semana, por su diseño de una plataforma para enseñar programación a niños y niñas; Noha Khater, que creó una red de centros de cuidado de los ojos para prevenir la ceguera causada por la diabetes, y Samira Negm, que diseñó una aplicación móvil para proporcionar en tiempo real un servicio de transporte compartido y seguro.

Esta aplicación, Raye7 da respuesta a la inquietud de Samira de por qué no funcionaban las aplicaciones de carpool europeas en el contexto egipcio. Por ello creó una red eficiente, económica y sostenible con el medio ambiente que se adapta al contexto cultural y al estilo de vida del país.

La mejora de la calidad de vida de los y las ciudadanas del Cairo, una metrópolis de más de veinte millones de habitantes, y los beneficios de esta aplicación, que permite ahorrarse el caótico tráfico de las grandes ciudades, no son las únicas contribuciones de Samira Negm que ha potenciado el empoderamiento de la mujer en su país. La misma Samira declara que “no se trata solo de dar oportunidades para las mujeres, sino de dar la oportunidad a la sociedad de incorporar nuevas ideas para construir un mundo mejor para la humanidad”. Esta forma de pensar le ha permitido convertirse en un referente en el mundo del emprendimiento tecnológico a nivel internacional. Y no se trata de un caso aislado. El número de mujeres en el mercado laboral de los países musulmanes se ha incrementado de 100 a 155 millones desde 2002 gracias a nuevas generaciones de mujeres dinámicas que crean redes entre ellas para potenciar la educación y empleo de jóvenes como ellas.

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