El pasado 12 de julio, se celebró en el Parlamento Europeo la conferencia final del proyecto Youth Against Cyberbullying cofinanciado por Erasmus+ y en cuyo desarrollo ha participado activamente la Fundación SOLIDAR en colaboración también con organizaciones de países como Italia, Francia, Dinamarca, Serbia, Hungría y Croacia. La iniciativa tiene como objetivo desarrollar recursos para combatir el ciberacoso así como darlos a conocer en eventos que multipliquen y aumenten el alcance en su difusión, involucrando a las personas jóvenes y situando su compromiso en el centro.
Al inicio de la conferencia se hizo alusión al Informe del Parlamento Europeo en el que se analiza cómo dar forma a la política de educación digital así como la campaña que, en su momento, llevó a cabo la Unión Europea para hacer frente al ciberacoso bajo el título Better Internet for Kids. Otra de las ideas que allí se expresaron es la de que a medida que más personas están en línea, el acoso cibernético puede proliferar más aumentando la inseguridad on line para las y los jóvenes. Es por ello que, sin perjuicio de la libertad de participación on line, se necesita trabajar más en la regulación y autorregulación y, en esta línea, se trata de un momento clave para promover e impulsar un movimiento que comience por sectores de la sociedad civil como familias, organizaciones, jóvenes afectados por el ciberacoso, etc, facilitando su apoyo a quienes se encargan de legislar y redactar regulaciones que frenen la violencia y el acoso on line, a nivel local y europeo.
En coherencia, una de las formas de colaboración que se propusieron en la conferencia, es la de ayudar a identificar qué medios se necesitan y trabajar junto a la Unión Europea para generar un mecanismo que haga seguimiento del ciberacoso en el Marco Común.
El proyecto ha generado ya dos productos como resultado principal y que así mismo se presentaron que son la plataforma en línea y la app móvil. Dos herramientas a través de las que se puede acceder y saber qué es el ciberacoso según los acuerdos internacionales así como obtener recursos útiles para llevar a cabo buenas prácticas y diversas herramientas educativas, enlaces o contactos que pueden ser muy útiles de cara a saber cómo y dónde buscar ayuda para las víctimas.
