Una de las cuestiones llamativas de la protagonista del artículo es que dejó escrito en sus últimas voluntades que su obra no fuera expuesta hasta veinte años después de su muerte, ya que era consciente de que su obra no sería bien acogida ni comprendida en su época. Nunca participó en exposiciones ni movimientos. Así que los cuadros abstractos de la artista fueron conocidos en 1986.
Hilma af Klint nació en Estocolmo en 1862. Asistió a la Real Academia Sueca de las Artes, donde adquirió una sólida formación artística.
En un primer momento trabajó como retratista y paisajista. Llegó a ganarse la vida vendiendo paisajes naturalistas y dibujando estudios anatómicos para un instituto veterinario.
Hilma af Klint pronto abandonó el lenguaje figurativo naturalista. Entiende que existe una dimensión espiritual en la existencia y quiere mostrar que existe, aunque no lo podamos ver. Por ello, se puede decir que fue una innovadora radical, buscaba la esencia frente a la mera exposición de la realidad visible.
En 1906 comenzó a desarrollar un lenguaje abstracto en su pintura, según la crítica trata de modelar lo invisible, su obra no es sólo una abstracción real del color y la forma en sí mismos.
Realizó su obra abstracta en pintura de gran formato. En ella se encuentran elementos recurrentes, como círculos concéntricos, óvalos y espirales. Las temáticas que abordaba aspectos metafísicos, como la dualidad -materia y espíritu, lo femenino y lo masculino- la totalidad del cosmos, el origen del mundo. Los círculos concéntricos, óvalos descomunales y espirales infinitas pretendían simbolizar la totalidad del cosmos.
Creó sus primeros cuadros abstractos en 1906, antes que Wassily Kandinsky – quien hasta 1911 no publicó De lo espiritual en el artePiet Mondrian y Kazimir Malévich.De modo que cuando en 1915 las élites ya dejaron de hablar de la figuración y el estilo abstracto era un hecho, Hilma af Klint ya había pintados más de doscientas obras abstractas.
Aunque, como ella no expuso, Kandinsky, Piet Mondrian y Malévich son considerados los precursores del arte abstracto a principios del siglo XX.
La comisaria de la exposición de la obra de esta pintora, Iris Müller-Westermann dijo: “Tenía la convicción de que el mundo no estaba preparado para observar su obra, tal vez porque se enfrentó a la incomprensión de los que la rodeaban”.
