Movilizar el conocimiento para un cambio social positivo es el lema que encabeza el King Hussein Foundation; Information and Research Center. Un proyecto que se creó por primera vez en 1996 como parte del Grupo de Trabajo Nacional para la Infancia de Jordania. con el fin de promover el bienestar de los niños y las niñas, jóvenes, mujeres, familias, comunidades y grupos vulnerables. Su trabajo consiste en ofrecer a quienes se encargan de formular las políticas en el país evidencias y análisis con carácter objetivo y multidisciplinar que orienten una planificación socioeconómica y la toma de decisiones eficaces, en el marco de los Derechos Humanos y el empoderamiento de la sociedad civil, la igualdad de género y la justicia social.
Entre los proyectos e investigaciones que ha venido desarrollando este centro, en 2019 publicaba el informe Bienestar de los adolescentes en Jordania: exploración de contextos de capacidades de género y estrategias de cambio. Un estudio motivado por los desafíos económicos y sociales a los que Jordania, que arrastra una larga trayectoria como país receptor de personas refugiadas, se ha tenido que enfrentar para absorber e incluir a esta parte de la población. Su elevado número hace que muchas de las escuelas públicas del país, por ejemplo, doblen turnos; se estima que la tasa de desempleo es en realidad el doble de lo que indican los registros oficiales. Las limitadas reservas y escasez en el abastecimiento de agua también son una preocupación. Las personas refugiadas en Jordania son un grupo especialmente vulnerable, si bien a la mayoría de las y los refugiados palestinos se les ha concedido ciudadanía, es decir, tienen reconocidos los mismos derechos y servicios que otros ciudadanos o ciudadanas jordanas, aproximadamente un 20% sigue viviendo en asentamientos y tiene prohibido legalmente acceder a muchos puestos de empleo, lo cual influye negativamente en una tasa de pobreza que se aproxima al 31%. Aún más vulnerables en muchos sentidos y a pesar de la intervención de las organizaciones internacionales, son las personas de origen sirio. Un 85% vive en comunidades de acogida urbanas y el 15% viven en campamentos. En esta situación, las niñas y las mujeres, como ya demuestran las evidencias, suman problemas relacionados con el género, barreras por culpa de normas sociales y leyes que las tratan como ciudadanas de segunda clase.
Debido a todo ello, muchas de las acciones de desarrollo están enfocándose en los niños y las niñas y adolescentes por el impacto en la transformación social que tienen las intervenciones sobre las edades tempranas. Además, en Jordania son la generación, 1,2 millones, más abundante de los últimos 50 años.
Este es el contexto del que surge este documento en el que se presentan a modo de síntesis los hallazgos más importantes en base a seis aspectos que se consideran clave para el bienestar de la niñez y la juventud: la Educación y el Aprendizaje; la Salud, Nutrición y Sexualidad y Salud Reproductiva; la Integridad Corporal y vidas libres de violencia: Bienestar Psicosocial, y Voz y Agencia y Empoderamiento Económico.
Concretamente en el apartado de Integridad Corporal y vidas libres de violencia, el estudio analizó las diferentes formas de violencia a las que las y los adolescentes jordanos, incluyendo quienes son personas refugiadas se enfrentan hoy en día e identificó como más preocupantes las siguientes: la violencia por edad, la violencia de los iguales, entre las que se encuentra el acoso escolar, la violencia dentro y fuera de las comunidades donde habitan, especialmente durante la noche. En este sentido, muchas jóvenes expresan su miedo y las limitaciones que para ellas supone el riesgo de ser secuestradas, sufrir violaciones o abusos sexuales o caer en el consumo de drogas.
El Informe revela hallazgos preocupantes en cuanto a la violencia sexual que muchas jóvenes han sufrido y sus secuelas [..,] …nuestra comunidad es despiadada… Si alguien viola a una niña, la comunidad piensa que a la niña le gusta hacer eso y, ella quería esa acción. Esta exposición de las jóvenes a ser víctimas de violencia sexual provoca que muchas familias, muy preocupadas por el estigma social que les persigue si se hace público, vivan impacientes por que se casen, dando lugar a otra de las clasificaciones de la violencia que la investigación ha detectado: el matrimonio infantil y la violencia doméstica.
Así mismo, el documento también informa haber encontrado evidencia de que comienzan a ser cada vez más las personas que, haciendo uso de ciertas estrategias, se posicionan y deciden no ser cómplices de ello como,, por ejemplo, es el caso de los y las funcionarias que se niegan a registrar las uniones en las que se da un matrimonio con una menor de 16 años o imponen multas a las familias.
Signo de que el cambio sí es posible, invertir en las y los niños y jóvenes puede transformar una sociedad en un lugar mejor y ello no es posible si no es de la mano de la ciencia para rentabilizar al máximo los esfuerzos y que las acciones sean eficaces. Como dice el mismo informe, la infancia y adolescencia son una ventana a la esperanza de una vida mejor para ellas y ellos mismos en tres sentidos. su presente, sus trayectorias adultas y sus futuros hijos e hijas.
