Existe mucha investigación y un amplio debate en torno al consentimiento en las relaciones sexuales, sobre todo en el ámbito académico. Este artículo va más allá y muestra cómo las experiencias sexuales no consentidas en los campus universitarios representan un grave problema de salud pública. Afirman que la mayor parte de la investigación existente sobre las prácticas de consentimiento reales de los y las estudiantes es cuantitativa o, sobre todo, centrada en cómo las dimensiones individuales del contexto social dan forma a las prácticas de consentimiento.
Llenando estos vacíos, el artículo pretende mostrar el potencial de la etnografía para sentar las bases para una prevención innovadora. Así, cuatro personas investigadoras de Columbia University estudian las dimensiones sociales del estudiantado heterosexual de dos universidades norteamericanas (Universidad de Columbia y el Colegio Barnard) para examinar múltiples dimensiones sociales de las prácticas de consentimiento sexual. El artículo “Social Dimensions of Sexual Consent Among Cisgender Heterosexual College Students: Insights From Ethnographic Research” se publicó en Journal of Adolescent Health. Para la recogida de datos, se incluyeron entrevistas en profundidad con más de 150 estudiantes, 16 meses de observación participante, 17 grupos focales y entrevistas con informantes clave.
Aunque el consentimiento sexual a menudo se aborda como una práctica individual o interpersonal, esta investigación destaca las dimensiones sociales del consentimiento potencialmente modificables. Estas siete dimensiones de las prácticas de consentimiento sexual son las siguientes: (1) textos heterosexuales en base al género, (2) ciudadanía sexual, (3) interseccionalidad, (4) el miedo de los hombres a “llevar a cabo” el consentimiento de forma incorrecta, (5) el “sexo borracho”, (6) grupos de pares, y (7) factores espaciales / temporales que se configuran cuando se asume el consentimiento.
De esta manera, las conclusiones demuestran que la promoción efectiva del sexo consentido como estrategia para prevenir el acoso sexual probablemente requerirá comprender y modificar las estructuras sociales que dan forma a las prácticas de consentimiento en lugar de solo tener una legislación que exige la promoción del consentimiento afirmativo. Estas siete posibles dimensiones contextuales sociales a tener en cuenta son modificables de las prácticas de consentimiento, conjuntamente con estrategias relacionadas con la promoción del sexo consensuado y la prevención de las agresiones sexuales.
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