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Según publica GlobalFundForWomen, en su campaña #WorkingForJustice, las mujeres constituyen aproximadamente el 75% de la fuerza de trabajo global en la industria textil. La situación de precariedad laboral en la que se encuentra una gran parte las hace especialmente vulnerables y muchas sufren violencia, abusos y acoso sexual, por parte de sus contratadores. Una realidad dramática que, no obstante y según entiende esta organización, puede cambiar mucho si se aprovecha el momento actual en relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se ha marcado la Agenda para las Naciones Unidas así como a la ola de movimientos sociales de protesta contra la violencia de género. La situación actual es muy propicia para dar visibilidad a esta problemática y tomar medidas encaminadas a la transformación social. 

En este sentido, en 2016 el Fondo Mundial para la mujer, en colaboración con la Fundación C&A y la Fundación Novo, comenzó a impulsar el liderazgo de las mujeres que desarrollan su actividad laboral en el sector textil de países como Bangladesh, Camboya, Vietnam y la India y así poder mejorar también las condiciones de seguridad. La colaboración consiste en apoyar con fondos económicos a las organizaciones que trabajan por erradicar la violencia de género contra las trabajadoras de la confección en los países asiáticos, proporcionándoles formación sobre sus derechos laborales y cómo asegurarlos en la medida en que de ellas dependa. Otro de los problemas en relación a esta falta de protección legal, además del desconocimiento por parte de las mujeres de las fábricas y los talleres de confección, es que no se han creado mecanismos eficaces para reportar el acoso, los cuales son determinantes para que las víctimas de abusos o acoso sexual puedan denunciar y que las posibilidades de sufrir el estigma social y la revictimización se reduzcan al máximo o, mientras tanto, será muy difícil que las sobrevivientes rompan la ley del silencio. Según declara para Global Fund For Women Sangeeta Chowdhry, Directora del Programa de Justicia para la Mujer que lidera esta iniciativa, campañas como ésta pueden contribuir de cara a provocar otros cambios en la sociedad, más allá de la industria de la confección, donde sigue existiendo una alta tolerancia a la violencia contra las mujeres. A medida que las mujeres de las fábricas del textil comiencen a entender y exigir sus derechos y busquen mecanismos para mitigar la violencia, provocarán, entre otros, cambios en el ámbito de la responsabilidad institucional, como por ejemplo, uno muy esperado por ambas organizaciones que es la definición en convenio con la Organización Internacional del Trabajo de lo que constituye la violencia y el acoso en el lugar de trabajo.

Mientras tanto, como resultado de la creciente concienciación por parte de otros sectores de la población global surgen proyectos alternativos como, por ejemplo, Ethical Time, que son opciones más respetuosas de lo que viene siendo el mercado actual de la industria textil, con las personas, los animales y el medioambiente. Esta plataforma reúne todas aquellas pequeñas marcas que están trabajando de forma ética y sostenible en el sector y en compromiso con un trabajo digno que garantice la protección de las trabajadoras frente a la violencia, los abusos y el acoso sexual.

En el camino hacia la erradicación de la violencia y lograr que todas las personas gocen, sin excepción, de sus derechos  y unas condiciones laborales justas, proyectos como éste ofrecen la posibilidad a quienes, desde la otra punta del mundo, se planteen cómo pueden contribuir desde su posición a erradicar esta problemática, optando por un espacio como éste donde encontrar productos cuya en fabricación ya es una realidad. 

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