Diez representantes de partidos de ultraderecha se reunieron el pasado día 18 en Milán para afianzar sus políticas populistas y xenófobas. ¿De qué fuentes bebe el llamado populismo, término, por lo demás, desvirtuado etimológicamente? Populismo debería asociarse a interesarse por el pueblo como sujeto y a su favor, connotaciones no negativas y muy alejadas de la ideología ultraderechista. Hurgando en un clásico como Robert K. Merton quizás hallemos una razonable explicación.
Escribió el sociólogo que, si la gente se ve impulsada de aquí para allá por metas y normas establecidas que resultan antagónicas queda desorientada, desmoralizada ante lo que se tiene por éxito y la imposibilidad de conseguirlo. Lo afirmó tratando de la anomia, situación que concierne a personas distanciadas de las normas sociales. Y sostuvo que dicha desorientación es una de las circunstancias principales que propician algunos tipos de totalitarismo político, dado que “el individuo renuncia a la autonomía moral y es sometido a una disciplina externa”.
Se trata de la meta del triunfo social en sus aspectos profesional y mayormente dinerario, la meta de la ilimitada facultad de consumo cuando choca con una realidad personal que impide los logros. ¿Qué hacer? ¿El incapaz soy yo o son las normas las invalidantes? Un caldo de cultivo para que los populismos prosperen con proclamas antisistema, con críticas contra los partidos políticos veteranos, los que no responden a las expectativas de la sociedad.
No se tiene en cuenta la contradicción populista entre denunciar al sistema establecido y luchar por el poder en el seno del propio sistema. Lo fundamental para su crecimiento, precisamente popular, es que ellos prometen una sociedad libre de extraños, culturalmente homogénea, disciplinada, sin lugar para la anomia. El paso de la democracia al autoritarismo es breve, de este al totalitarismo solo requiere un líder carismático, algunos ya presentes en la Unión Europea.
¿Cómo salvaguardarse del retroceso político y social implícito en la extrema derecha? Volvamos a Merton para asirnos a su receta de establecer “otros objetivos en el almacén de valores comunes.” Podrían ser la distribución equitativa de la riqueza generada, el éxito basado en la conducta moral, la fraternidad entre propios y extraños. Y demás valores alejados de la codicia, la xenofobia, la ignorancia como base para la manipulación ideológica.
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