La brecha de género en los trabajos de las conocidas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas) es un tema a la orden del día, pero hay quienes opinan que, a pesar del esfuerzo de empresas y universidades, el número de mujeres que trabajan en ciencias informáticas está decayendo o, al menos, no está mejorando.

Una organización sin ánimo de lucro, Code.org, está tratando de cambiar la situación mediante la enseñanza de códigos de lecciones a las niñas desde su base, desde las guarderías o la primaria. Su fundador, Hedi Patrovi, fue de niño un autodidacta de los códigos informáticos y eso le llevó a empezar su carrera en Microsoft y fundar dos start-ups en Sillicon Valley. Según Patrovi, “esto es un problema de la gallina y el huevo. No hay suficiente mujeres entrando al campo. Y como el campo está dominado por los hombres, no hace que las mujeres se sientan cómodas. Y ambos problemas se lastiman mutuamentes”, como declaraba para CBS News.

El reto está en enseñar ciencias informáticas a niños, pero especialmente a las niñas, desde su base, desde cuando están en la guardería. Construir programas informáticos básicos – según el mismo Patrovi es como realizar una receta fácil de cocina-, construir aplicaciones, crear páginas web, escribir programas informáticos… Todo ello las alumnas lo van aprendiendo en forma de juego a medida que van creciendo, empezando por lo simple y básico desde la guardería. ¿Por qué realizarlo desde que están en la guardería? Porque, según argumenta el fundador, los esfuerzos por incorporar a las mujeres en dichos ámbitos comienzan tarde. Si empiezas a transmitir ese imput cuando una persona tiene 18 o 19 años esa misma persona ya tiene otras pasiones, inhibiciones y estereotipos desarrollados, exceptuando algunos casos.

Actualmente, en Code.org hay unas 10 millones de niñas codificando. Su funcionamiento es simple: el profesorado acude a la organización, deja su currículum y Code.org se encarga de enseñar a este mismo profesorado. No son maestros y maestras de Informática, son maestros y maestras de otras áreas comunes como Historia, Inglés, etc. La organización les enseña técnicas para introducir este aprendizaje a su alumnado en forma de juegos e incentivar así a niños, pero sobre todo a las niñas, a desarrollar habilidades que, quizá hasta ahora, no se habían potenciado.

Con esta estrategia, Code.org espera que dentro de cinco o diez años la brecha de género se haya evaporado en estas áreas dentro de las universidades para en un futuro tener más presencia femenina en el mundo laboral de las STEM.

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