El pasado viernes 25 de mayo el productor de cine Harvey Weinstein fue detenido tras entregarse ante la policía de Nueva York. Está acusado de tres delitos sexuales, entre ellos, el de violación y abuso sexual de dos mujeres. Desde que hace ocho meses atrás se divulgaran las primeras acusaciones han sido cientos de mujeres las que se han pronunciado mediante el hashtag #MeToo en contra del acoso sexual; entre ellas las actrices Rose McGowan o Angelina Jolie.
Finalmente, se le ha impuesto diez millones de dólares de fianza, de los que un millón los pagó en efectivo, obteniendo la condición de libertad vigilada mediante una pulsera con localizador GPS hasta que se formalice el juicio, según Reuters
El próximo paso es el 30 de julio, donde se sabrá si un gran jurado ha acusado formalmente a Weinstein, en el caso que lo haya hecho, será procesado por el Tribunal Supremo del estado de Manhattan y se iniciará el proceso, según informa el New York times.
Es un logro que la denuncia de estos fatales actos, el apoyo hacia las víctimas y el movimiento desencadenado hayan conseguido que no se ignorara, se espera que el próximo 30 de julio se pueda iniciar un proceso judicial y un jurado haya presentado formalmente la denuncia.
El abogado de Weinstein desafortunadamente ha realizado unas declaraciones sobre su reclamo que el jurado, si lo hubiere, no esté “contaminado” por el movimiento #metoo. Intentar desprestigiar el movimiento #metoo es síntoma de debilidad. Cuando no se tienen argumentos válidos para defender la inocencia de su cliente, entonces se utiliza la estrategia de desprestigiar a quien denuncia la violencia, así se ha realizado a lo largo de la historia en los diversos casos de violencia, desprestigiar a las víctimas, es una estrategia cobarde.
Sin duda, la concienciación y la ruptura del silencio están resultando un gran cambio social en la forma de tratar los casos de violencia sexual, habrá que esperar el próximo 30 de julio para analizar cómo continúa este proceso.
