
Recientemente, la agencia EFE se hacía eco de la denuncia a cuatro chicos de 15 años por haber manipulado imágenes de compañeras con Inteligencia Artificial (IA) para crear contenido pornográfico.
Pero también cabe decir, que se pudo investigar y proteger a las chicas víctimas de esta violencia digital gracias a otro alumno, valiente y decidido que no dudó en alertar al profesorado de que algunos compañeros habían realizado este acoso.
Este caso ilustra una problemática social muy de fondo y la manera en la que nos enfrentamos en el mundo educativo a estos temas. Para quienes se lo estén planteando, vaya por delante decir que la IA en estos casos, no es el origen del problema sino que proporciona nuevas herramientas con capacidad de multiplicar los nefastos efectos de un hecho de estas características para las víctimas pero su avance es imparable.
Muchos centros educativos reciben hoy en día propuestas de talleres para proporcionar formación a su alumnado sobre el mundo digital, qué es delito y las devastadoras consecuencias sobre sus vidas que puede tener hacer un uso perverso de sus aplicaciones. Este tipo de información es muy necesaria en generaciones cuyo mundo social se mueve tanto o más en el ámbito de lo virtual que en el presencial, pero qué pasa y qué factores median antes de llegar al contenido en el que se centran estos talleres. Lo que nos interesa es saber qué interacciones y actos comunicativos se dan para que un grupo diverso de chicos o chicas piensen y decidan participar de algo así.
Son la ética y los valores más profundos los que regulan la conducta de las personas en cualquiera de los contextos en los que nos movemos unido al, ya lo demuestran las Evidencias de Impacto Social (EIS), lenguaje del deseo y los modelos de atractivo en los que nos socializamos, aquello que nos sale, nos mueve e impulsa interiormente a comportarnos de una forma u otra, a elegir, querer gustar y buscar la aceptación de un tipo de personas o de otras y, consecuentemente, a ceder ante determinadas presiones o no.
Si el modelo de atracción que hemos interiorizado es hacia aquellas personas que reúnen los mejores valores, nunca sucederán este tipo de abusos sino que elegiremos esas personas que crean y construyen relaciones seguras y libres de violencia en las que prevalece el consentimiento, sean virtuales o no. Cuando la socialización es hacia modelos vinculados a la violencia y en los que hay ausencia de valores como el respeto, la tolerancia, la igualdad y si la coacción y falta de libertad, nos movemos en el riesgo de que ocurran este tipo de hechos y aún peores, con independencia de lo mucho que se conozca las plataformas digitales, qué es un delito y qué no y sus consecuencias. Y aunque esto nos pasa a cualquier edad, justamente la adolescencia es una etapa de especial vulnerabilidad en la que el grupo cobra una importancia vital y, en muchas ocasiones, se impone el momento de risas, colegueo, complicidad, atención y atractivo que se recibe por encima de la conciencia del daño que se le pueda estar ocasionando a una o varias personas.
En esta historia se identifican muy bien esos modelos de atractivo. El, dicho sea de paso casposo y rancio, de la Masculinidad Tradicional Dominante que representan los chicos que han manipulado las imágenes de sus compañeras y las han estado difundiendo en sus foros, y el modelo que rompe con esa tiranía, que si bien no es algo nuevo porque siempre han habido hombres así, si es muy revolucionario, y representa a una nueva Masculinidad Alternativa que se identificaría con el chico que ha tenido la valentía de denunciar lo que estaba pasando.
En definitiva, la prevención pasa no tanto por los talleres específicos, como por hacer caso e implementar lo que dicen las AIS desde hace tiempo y que tanto en casa, las familias, como en los centros educativos, muchas personas ya realizan con resultados muy transformadores: Empezar desde los 0 años dando valor y foco a esos niños y niñas que reúnen los mejores valores, sin ambigüedades; crear espacios dialógicos en los que puedan hablar y poner palabras, entre otras, a las presiones que ejercen determinadas personas del grupo de la mano de las EIS para que las puedan ser críticos o críticas, identificarlas, no ser rinocerontes, y liberarse de ellas, ya que no es fácil reconocer que se está cediendo a una coacción, cuando lo que deseas es recibir la aceptación del grupo; implementar Actuaciones Educativas de Éxito en las que no hay que elegir entre lo académico y lo humano, sino que ambas formaciones van de la mano, y dar atractivo a las personas que son valientes para romper con la ley del silencio que impera en este tipo de situaciones.
Éstas son algunas de las actuaciones que están consiguiendo un mundo mejor para la infancia y la adolescencia y todas las personas que disfrutan y eligen entornos y relaciones así, tienen mejor salud, alegría y más sentido en todo lo que hacen en la vida.
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