El deporte es una herramienta clave para impulsar el desarrollo personal y profesional de las niñas. La práctica deportiva les proporciona habilidades como la autoestima, confianza, resiliencia y trabajo en equipo. Estudios muestran que el 80 % de las mujeres líderes empresariales en la lista Fortune 500 participaron en deportes en su juventud, lo que subraya la influencia positiva del deporte en el éxito profesional, según UN Women.
Sin embargo, la tasa de abandono deportivo es preocupante: a los 14 años, el doble de niñas que niños dejan de practicar deporte, debido a factores como la presión social y la falta de programas de calidad. Además, la violencia y el acoso en el deporte son barreras significativas. A pesar de las iniciativas para prevenir el acoso, persisten importantes desigualdades en este ámbito, y se necesitan más esfuerzos para abordar la violencia, el acoso en línea y las brechas salariales.
A nivel mediático, los deportes femeninos han ganado popularidad. La cobertura ha aumentado del 5 % al 16 % entre 2019 y 2022, y los encuentros son cada vez más seguidos. Aun así, persisten diferencias, como los premios monetarios: en 2023, la Copa Mundial Femenina otorgó USD 150 millones, una cifra significativamente inferior a la Copa Masculina de Qatar (USD 440 millones).
En cuanto al liderazgo, el 41 % de los miembros del Comité Olímpico Internacional son mujeres, un avance significativo, pero insuficiente, ya que solo el 26,9 % de los puestos ejecutivos en federaciones deportivas internacionales están ocupados por mujeres.
El deporte femenino continúa avanzando, pero aún enfrenta desafíos para lograr una igualdad plena.
