Los crecientes e imparables éxitos del MeToo Universidad terminando con la impunidad del acoso sexual en la Academia da cada vez más miedo a quienes han ejercido acoso sexual, y a quienes han colaborado con ellos revictimizando a las víctimas y haciendo violencia de género aisladora contra quienes apoyaban a las víctimas hasta que lograran ser supervivientes. Por eso, han desarrollado estrategias para intentar inútilmente silenciar al MeToo y a sus crecientes apoyos no solo ya a nivel internacional sino también cada vez más aquí.
Una de esas estrategias es la invisibilización. Participan activamente en esta estrategia de los acosadores quienes invisibilizan a las creadoras del MeToo, a las que han luchado por él durante los años en que se sufrían más crueles represalias por hacerlo. Un complemento de esta estrategia es la invisibilización de las principales científicas del mundo en esta materia que, siguiendo los criterios éticos de la ciencia, son también quienes han sido más consecuentes apoyando siempre a las víctimas.
Quienes insisten en la defensa de sus acosos y/o sus complicidades con los acosadores se apuntan activamente a la estrategia de violencia de género aisladora contra las personas que siempre han apoyado a las víctimas, algunas de ellas que han sido también víctimas antes de ser supervivientes que apoyan a otras. En la mayoría de casos, se limitan a hacerlo en los pasillos y despachos universitarios pero quienes son más torpes intentan llevar sus ataques y difamaciones a los medios de comunicación y desgraciadamente hay algunos “periodistas” amarillos que publican sus ataques. Por supuesto, todas las personas que realmente actúan en contra de la VG, como dicen todos los criterios éticos internacionales, rechazan con claridad a quienes realizan los ataques e intentos de desprestigio de las personas a quienes debemos, como dijo y escribió Harvard, que hoy las mujeres podamos estudiar y trabajar en la universidad sin la impunidad a los acosos que existía en el pasado.
