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https://www.weprotect.org

Deaf Kidz International junto con PROTECT Global Alliance y Childhood USA han elaborado un Informe para situarse sobre los enfoques y perspectivas actuales así como el conocimiento que existe sobre la explotación y el abuso sexual de las niñas y niños con discapacidad en línea. 

Una de las conclusiones  a las que llega el estudio es que existe una brecha y un vacío  significativo respecto a datos sobre explotación y abuso sexual de niños y niñas con diversidad funcional en línea. Este hecho dificulta saber con cierta precisión el grado de incidencia o prevalencia, teniendo en cuenta que, según la OMS, aproximadamente el 15% de la población mundial vive en condición de discapacidad, situación que aumenta hasta un 20% en los entornos en que las desigualdades sociales son mayores. 

Otro de los datos que se muestran en el documento es que en determinados contextos más que en otros, debido a la percepción social sobre la discapacidad y las actitudes que se desprenden de esto, el riesgo de experimentar abuso por parte de los y las menores se verá incrementado. En la misma línea, el Informe también recoge investigaciones que evidencian factores que agravan la vulnerabilidad de los y las menores con discapacidad al abuso. La pobreza, el género, la soledad y el aislamiento que se derivan de la discapacidad,  pasar demasiado tiempo conectados o conectadas o la falta generalizada de acceso a una educación adecuada y la consecuente falta de conciencia sexual pueden conducir a situaciones en las que el abuso puede permanecer oculto y sin ser detectado. 

En definitiva, y aunque se necesitan más datos para describir con precisión cuál es la incidencia a nivel global, investigaciones desarrolladas en EE.UU, por ejemplo, indican que la infancia en situación de discapacidad tiene 1,7 veces más probabilidad de sufrir abuso que las y los niños sin discapacidad. En anteriores publicaciones  DF también recoge evidencias al respecto. 

Es por ello, que cobran importancia iniciativas como ésta en las que, además de visibilizar la realidad así como los retos y caminos pendientes de recorrer por parte de la comunidad científica, propongan formas a través de las cuales podamos reducir y prevenir en la medida de lo posible esta lacra. Algunas de estas recomendaciones son las siguientes: 

Es muy importante, el uso de modelos que puedan servir de referencia a compañeros y compañeras y doten de atractivo a los comportamientos y actitudes prudentes y seguras, así como ofrecer ejemplos de respuesta ante determinadas situaciones: cómo reaccionar al ciberacoso, reconocer los peligros del sexting, etc.

También es fundamental que las y los profesionales de cualquier ámbito que esté relacionado  reciban la formación necesaria para poder detectar signos de abuso en línea así como que las familias y personas cuidadoras de los niños y niñas con discapacidad, sean conscientes de que tenemos que protegerlas del abuso on line. La comunidad internacional encargada de la salvaguarda  infantil debería  adoptar una serie de principios universales en el diseño y reajuste del marco de protección on line de la infancia con discapacidad. También es importante el desarrollo de procedimientos de justicia penal que sean accesibles para las y los menores con discapacidad y sus familias, cuidando y tratando de evitar la revictimización por parte del sistema.  

En todo ello es fundamental  incluir las voces de la comunidad de personas con diversidad funcional y a través de las organizaciones de que disponen, y que puedan planificar y diseñar programas dirigidos a la prevención del abuso sexual on line. Esto último es crucial, no sólo para ratificar la información que nos llega sobre la discapacidad, sino para validar a través del diálogo igualitario con la comunidad  el diseño e implementación con  mayor garantía de éxito de las medidas que se establezcan. 

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