La construcción de las catedrales eran dirigidas por hombres generalmente. Pero en el artículo de hoy veremos que también hubo mujeres que trabajaron en la construcción de catedrales.
Sabina von Steinbach era de origen alemán, hija de Erwin von Steinbach, un famoso arquitecto, que ejerció de maestro de obras en la catedral de Estrasburgo entre 1277 y 1318. En ese periodo se levantaron la nave central y las portadas del crucero.
Erwin von Steinbach falleció en 1318, así que sus hijos Juan y Sabina heredaron su taller y su oficio. Continuaron con los trabajos de aquella catedral, especialmente con las obras de la entrada meridional y de la famosa torre de la fachada principal.
A Sabina von Steinbach se la conoce porque un historiador la mencionó en un libro en el que la presentaba como maestra de obras y escultora. Parece que fue una relevante escultora, se le atribuyen las estatuas del pórtico de la catedral de Estrasburgo, talladas con una delicadeza formidable, sobre todo dos figuras femeninas que representan a la Sinagoga y a la Iglesia. También varias piezas en la columna denominada de los Ángeles, en el interior del transepto.
Hubo otras mujeres que trabajaron en la construcción de las catedrales. En el Libro de los oficios de la ciudad de París de los años 1254 y 1271 se enumeran varios de los trabajos que realizaban las mujeres, y entre ellos se cita el de la construcción.
En los libros de obra de la catedral de Nuremberg hay documentadas nueve orfebres de cobre y bronce, siete batidoras de latón y seis vidrieras, entre los años 1439 y 1477.
Incluso se sabe que hubo mujeres pintoras, maestras de taller, como Violante de Algarabí (siglo XV), Sofonisba Anguissola o Artemisa Gentileschi, reconocidas como grandes artistas de su tiempo.
Muchas mujeres trabajaron en la construcción de las grandes catedrales. No aparecen como maestras de obras, cargo reservado para los hombres. Pero algunas de ellas dirigieron talleres y estuvieron al frente de cuadrillas de trabajadores en diversas disciplinas.
Las actividades de estas mujeres no sólo aparecen en los libros de cuentas, también aparecen en las ordenanzas municipales de varias ciudades europeas, en las actas municipales y en los protocolos notariales.
