La semana pasada se hacía pública la sentencia en la que la Audiencia Provincial de València condenaba a 36 años de prisión a un joven por violar de forma continuada a dos de sus sobrinas desde que éstas tenían seis y siete años, y abusar sexualmente de una tercera, en el domicilio de València en el que convivían. Sabemos que los datos sobre el abuso infantil son alarmantes en los diversos grupos sociales. Preocupantes especialmente porque muchos de ellos los desconocemos ya que no se denuncian. La creación de entornos comunitarios seguros, con un posicionamiento activo ante la violencia, es una de las la vías de salvación más efectiva para nuestra infancia. El papel que la escuela desempeña es crucial para erradicar y frenar el aumento del abuso sexual infantil.
La evidencia más actual sobre cómo la escuela se convierte en un espacio ideal para brindar prevención, protección y éxito a los niños y las niñas expuestos al abuso sexual infantil es cada vez más consistente. A continuación, se muestran algunas estrategias que hacen a la escuela, una escuela valiente y segura para la infancia.
Una escuela que da voz y poder a las niñas y los niños en los procesos de prevención y resolución de conflictos. La investigación muestra cada vez más evidencia de que, si se quiere poner fin al abuso en la infancia, es necesario introducir estrategias que logren que todas las niñas y niños, la infancia con discapacidad y las comunidades marginadas, lideren los programas para erradicar la violencia infantil. Darles voz les empodera y ayuda a extender su posicionamiento activo a otros contextos fuera de la escuela. Las personas que denuncian el abuso en cualquiera de sus dimensiones son personas valientes. Estas escuelas valoran la voz de las niñas y los niños, así como otras somatizaciones que puedan mostrar, para atender a sus mensajes, sentimientos y cuidar que sientan la escuela como un lugar de confianza y protección. Es posible crear este clima cuando la escuela da liderazgo y protagonismo a la infancia.
La escuela trabaja la amistad profunda entre los niños y las niñas, como principal factor de prevención y protección ante el abuso infantil. Estas escuelas enfatizan las amistades y las relaciones entre pares y abren espacios para discutir y conocer qué es el abuso en las relaciones íntimas, cómo construir relaciones positivas, cómo la infancia puede desarrollar relaciones libres de miedo y abuso y crear conjuntamente factores de protección entre ellas y ellos. Estas escuelas cuidan que todas las niñas y niños, sin distinción, tengan al menos una amistad verdadera.
Son comunidades seguras. Los entornos son seguros cuando existe posicionamiento activo contra la violencia y el abuso sexual siempre, continuamente, sin excepción. Es un posicionamiento claro ante todas las personas que conforman el contexto escolar. Para ello las escuelas aplican actuaciones de éxito diversas como el Club de Valientes Violencia 0 o Programas Upstander para crear un entorno libre de todo tipo de violencia liderado por la infancia.
Rompe el silencio. La escuela trabaja con la comunidad la prevención ante el abuso sexual infantil de forma permanente. La escuela tiene un posicionamiento público contra el abuso sexual en la infancia a través de mensajes claros en el edificio, las redes sociales, etc. Es un tema que está presente en la comunidad y en las reuniones con las familias.
Existe la comisión violencia 0. La escuela dispone de una comisión Violencia 0 frente al abuso infantil que coordina acciones con otras entidades del barrio y de la localidad. Una comisión que incluye la participación de las familias. Una de sus misiones principales es proporcionar figura(s) y canales de comunicación de denuncia seguros para la infancia.
La escuela ofrece espacios de formación para familias, alumnado y otros agentes de la comunidad sobre el abuso sexual en la infancia. Les facilitan información basada en evidencias científicas y denuncian aquellas ocurrencias que perjudican gravemente la protección de la infancia ante el abuso.
Estas estrategias son esenciales para que las niñas y los niños encuentren la valentía y red de apoyo que les permita superar con éxito el abuso sexual. Igual que hay personas que cometen estas atrocidades con la infancia… hay otras muchas que salvan. Las escuelas podemos crear comunidades que salven. Que cada niña y niño sin distinción tengan, al menos, un entorno que les proteja y salve siempre.
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