En las escuelas y en los institutos se generan interacciones entre el alumnado que pueden estar vinculadas a los sueños de tener relaciones de calidad, basadas en los mejores valores y con los mejores sentimientos, o bien vinculadas a relaciones tóxicas en las que el control parte de la presión, la coacción o la violencia. Las masculinidades, en estas interacciones, juegan un papel importante, ya que pueden colaborar con las presiones, ejerciendo violencia o en permaneciendo en silencio, o por el contrario pueden posicionarse en favor de la víctima, con fuerza, seguridad y no violencia.
Las situaciones de bullying, de acoso sexual o de intimidación, sean a la edad que sean, provocan daños en las personas que las sufren, pero también en los observadores, por todo ello evitarlo supone un reto de grandes dimensiones que une a muchas personas con el mismo objetivo, convivir en espacios libres de violencia.
La investigación ha analizado que las NAM tienen la capacidad de promover espacios de protección y prevención de la violencia gracias a las actitudes de bystander intervention, o upstander, que despliegan en sus relaciones, es decir, posicionándose claramente y rompiendo la ley del silencio ante situaciones de injusticia, de faltas de respeto o de violencia. En este sentido, promover desde las primeras edades la visibilización y promoción de aquellas actitudes de niños valientes que tratan bien a sus compañeros y compañeras, que demuestran fuerza y seguridad y que basan sus actos en la justicia, la libertad y la verdad contribuirá a la mejora de las relaciones en los centros educativos.
De la misma manera que la socialización ayuda a reproducir roles y actitudes de la masculinidad tradicional dominante, esta visibilización de las actitudes alternativas y su consiguiente éxito social, contribuirà a una socialización alternativa, donde los valores y las actitudes de las NAM serán el ejemplo a seguir por el resto de alumnos.
Es interesante que estas actitudes upstander sean cada día más visibles. Investigaciones muestran que estas acciones generan mucho atractivo, pues tienen un gran valor social por el impacto y la mejora que generan en las personas del entorno. En esta línea, los profesionales de la educación son las personas que tienen la posibilidad y la responsabilidad de poner el foco en estas acciones que ayuden a los niños a aumentar su fuerza y su seguridad, y a encontrar la alternativa bystander que conlleva prevención, protección y relaciones de amistad transformadora.
Por contra, sabemos que cuando no se tratan estos temas o no se dinamizan en base a la evidencia lo que emerge son las normas de masculinidad tradicional. Presiones sociales que provocan una disminución de la intervención de los chicos en las edades preadolescentes y adolescentes por miedo a la discriminación o a la estigmatización.
Antes de estas edades, resulta clave crear espacios de diálogo en los que los niños se hagan conscientes de la repercusión que tiene tomar una u otra decisión, tanto para los demás, efecto de la solidaridad, como para uno mismo, atractivo y valor social. Una mirada crítica hacia estas normas de masculinidad tradicional, junto con la visibilización de referentes de masculinidades alternativas que además resultan atractivos, dibuja un horizonte de relaciones basadas en los mejores sentimientos y por supuesto libres de violencia.
Una acción solidaria en clase de matemáticas, un posicionamiento claro frente a una agresión en la hora del patio, una actitud de respeto y defensa de la igualdad en público promoverán más actitudes y acciones similares pero cargadas de los mismos valores, si están respaldadas, visibilizadas y dotadas de atractivo en el centro escolar. Podremos, en el futuro, analizar la importancia que puede tener en una escuela el hecho de contar con niños upstander, que se posicionan, que no miran hacia otro lado.
Conseguir centros educativos libres de violencia es cada vez más posible gracias a los NAM del presente que de forma solidaria, visibilizan a los NAM del futuro y que tienen éxito en su “lucha” contra la violencia de género.
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