Nezhat Amiri es una mujer directora de orquesta iraní. Después de 38 años de carrera, ha conseguido dirigir un concierto con una orquesta y coro de 71 miembros en la sala más prestigiosa de Teherán, siendo este hecho una luz que, seguro, ilumina el futuro de muchas mujeres como ella.
Es la primera y la única directora de sexo femenino de Irán que cuenta con numerosas actuaciones en público al mando de la batuta. A lo largo de la historia podemos encontrar muchas mujeres que han sido las primeras en romper la exclusión a la que por el hecho de ser mujer se ven sometidas. Amiri es una de ellas, ya que en Teherán, según The Guardian, es un tabú que en la televisión estatal se muestren instrumentos musicales, mujeres cantando en solitario o subidas a un escenario. Como ella misma reconoce, ha nadado contra corriente y, a pesar de sus habilidades, el sistema dominante le ha dado la espalda.
A pesar de las dificultades, consiguió actuar durante dos horas en el escenario con 55 músicos y un coro de 16 miembros, compuesto por casi la mitad de mujeres en los dos grupos. Lo que demuestra que siempre se pueden encontrar maneras para hacer posible el sueño de un mundo más libre para todas las mujeres, independientemente de su lugar de origen.
El caso de Nezhat podríamos decir que es de éxito pero, aún así, andar este camino no es fácil. Como ella reconoce, agota llamar a puertas que están cerradas. ¿Cuántas mujeres lo abandonan y se pierden sus talentos? El apoyo de la sociedad en todos sus niveles, legal, ciudadano, institucional y cultural es necesario para que le demos la vuelta a esta situación de injusticia y de pérdida cultural para la humanidad.
La actuación de Nezhat, lejos de lo que se puede pensar, recibió una atención sin precedentes dentro de Irán, siendo varios los medios de comunicación que se hicieron eco de la noticia y la visibilizaron de cara al mundo. Esto muestra que sí hay interés por mujeres valientes que, como Amiri, son capaces de demostrar que se pueden cambiar las cosas.
