En una sociedad saturada de pantallas y dispositivos digitales, el tiempo que las niñas y los niños pasan frente a los medios ha suscitado intensos debates. Durante años, las investigaciones y asociaciones pediátricas han atribuido un impacto significativo a la tecnología, mientras han pasado por alto el papel crucial que juegan las personas en la configuración y limitación de las experiencias digitales. Este determinismo tecnológico, no tiene actualmente sostenibilidad científica, ni tampoco se ajusta a complejidades de la vida real.
Desde hace unos años varias investigaciones han observado que emerge como una solución prometedora el concepto «co-viewing», o la visualización conjunta de contenidos mediáticos por parte de madres, padres, hijas e hijos. Esta práctica no solo mejora la seguridad y el bienestar digital de las personas menores de edad, sino que también fortalece los lazos familiares. Pero, ¿qué evidencia científica respalda estos beneficios?
Diversos estudios destacan que el co-viewing va más allá de una simple supervisión del contenido. Ver medios juntos puede mejorar el desarrollo infantil y la vida familiar. Esto se debe a que permite a las madres y los padres guiar a sus hijas e hijos en la interpretación del contenido, fomentando así una comprensión más profunda y segura de lo que ven.
Además, investigaciones recientes muestran que programas educativos como Ahlan Simsim (en los países árabes) tienen un impacto positivo en el desarrollo socioemocional de las niñas y los niños. El estudio realizado en Egipto, Líbano, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos revela que las familias que veían este programa con regularidad notaron mejoras en el vocabulario emocional y la regulación de emociones tanto en las niñas y los niños como en las familias (Foulds, 2024). Una evidencia que ya se había constatado anteriormente con el programa internacional de Sesame Street.
La co-visualización también juega un papel crucial en el desarrollo del pensamiento crítico. Un estudio de Keene et al. (2019) demuestra que las familias que participan activamente en la visualización de televisión ayudan a sus hijas e hijos a desarrollar habilidades analíticas al proporcionar contextos adicionales y discutir el contenido. Esto no solo mejora la comprensión, sino que también influye en el comportamiento y las actitudes de las niñas y los niños, modelando valores y comportamientos positivos.
Además, esta interacción fortalece la comunicación familiar. Ver las diversas pantallas y aplicaciones digitales juntos ofrece oportunidades para el diálogo, permitiendo a las familias y a las hijas e hijos discutir no solo el contenido mediático, sino también otros temas importantes.
El co-viewing es una estrategia valiosa para aprovechar los beneficios de los medios y mitigar sus riesgos. No solo enriquece el desarrollo cognitivo y emocional de las niñas y los niños, sino que también fortalece la dinámica familiar. En un mundo donde las normas tradicionales y el apoyo comunitario se desvanecen, ver medios juntos ofrece una forma efectiva de enfrentar los desafíos de la crianza digital y fomentar una relación familiar sólida y comunicativa.
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