Las habilidades de lectura son esenciales para acceder al conocimiento y comprender el mundo y, desde edades tempranas, son clave para dominar las distintas materias y asignaturas de la escuela y, por tanto, para asegurar más posibilidades de éxito académico futuro. Que los niños y las niñas se transformen en lectores y lectoras hábiles requiere tanto de competencias precursoras como la conciencia y la recodificación fonológicas que necesariamente deben trabajarse en Educación Infantil, como de una motivación fuerte para aprender a leer. Esta motivación se alimenta de las altas expectativas de las personas adultas alrededor y el profesorado tiene un papel importante al respecto y será fundamental para su avance y desarrollo. 

En el estudio Reading is for girls!? The negative impact of preschool teachers’ traditional gender role attitudes on boys’ reading related motivation and skills, publicado en la revista ‘Frontiers in Psychology’, se investiga la posible influencia de las actitudes de las maestras y los maestros de Educación Infantil sobre el rol de género relacionado con la motivación hacia la lectura, estableciendo que la relación entre la motivación relacionada con la lectura y las habilidades lectoras ya se puede encontrar en niños y niñas desde las primeras edades y que esta motivación temprana por la lectura predice el desarrollo de las habilidades lectoras durante el primer año de la escuela primaria. La muestra del estudio consistió en 135 díadas de una maestra o de un maestro con un niño o una niña de su grupo clase. Los resultados apuntan a que los niños y las niñas no difirieron en la fuerza de su motivación relacionada con la lectura cuando tenían un maestro o maestra con una actitud de rol de género igualitario. No obstante, se comprobó que los niños estaban significativamente menos motivados para leer cuando su maestro o maestra respaldaban las creencias de que los niños están menos capacitados que las niñas para la lectura. En contraste, la motivación relacionada con la lectura de las niñas fue la misma, independientemente de cómo pensaran sus maestros o maestras sobre los roles de género. Algunas explicaciones a estos resultados se dirigen a que las maestras y los maestros no igualitarios alentaban menos a los niños a participar en la lectura, pues entendían esta como una actividad “incongruente con el género”. Esta actitud tiene un impacto negativo en las habilidades lectoras de los niños y los sitúa en condiciones de desigualdad educativa. Por el contrario, tanto los maestros y las maestras con actitudes no igualitarias como igualitarias en cuanto a roles de género, consideraban la lectura como una actividad apropiada para las niñas y, por lo tanto, esto no afectaba negativamente a la motivación lectora de las niñas.

Los hallazgos del estudio sugieren que las actitudes del rol de género de las maestras y los maestros de Educación Infantil tienen consecuencias a largo plazo para el desarrollo de habilidades relacionadas con la lectura de los niños e influyen muy negativamente en el desarrollo de sus habilidades en el futuro. Es importante entender que las actitudes de los maestros y las maestras desde las primeras edades sobre el rol de género operan como ‘profecía autocumplida’, por lo que la formación docente es una pieza clave para ofrecer una educación de calidad a todos los niños y niñas. Ya sabemos que no toda la formación conduce a la mejora en la educación y que solo aquella que está basada en evidencias científicas de impacto social como la formación dialógica del profesorado, nos permite pasar de las ocurrencias que tanto perjudican la educación de los niños y niñas a las evidencias que muestran mejoras reales, seguras y sólidas para conseguir una educación de calidad para todos y todas y superadora de desigualdades socioeducativas.

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