El 9,4% del alumnado y el 20,9% del profesorado afirman conocer casos de acoso y/o ciberbullying en su centro escolar, un 47% del alumnado no actúa ante estos casos. Estas situaciones de acoso se mantienen durante varios meses y hasta más de un año, según el 26,6% del alumnado. Siguen descendiendo las formas físicas de acoso, siendo los insultos, motes y burlas el tipo de acoso escolar más frecuente (87,6% de los casos), seguido del aislamiento (42,6%).
Estos son datos recogidos durante el pasado curso a partir del testimonio de 9.300 alumnos/as y 454 profesores/as de primaria y secundaria, de 194 centros educativos pertenecientes a 5 comunidades autónomas diferentes, y publicados en el VI Informe La opinión de los estudiantes, elaborado conjuntamente por las fundaciones Mutua Madrileña y ANAR.
Los datos son coherentes con los de incidencia del acoso escolar de otras fuentes nacionales e internacionales como la OMS o la OCDE, y se observan avances que indican que estamos en el buen camino para la superación de la violencia en el entorno escolar, como la disminución de todos los tipos de violencia, o el hecho de que el profesorado mayoritariamente señale el liderazgo, superioridad y agresividad de los agresores, lo que permite poner el foco en la protección de la víctima, como se ve también en la respuesta mayoritaria del alumnado ante la pregunta sobre qué hacer ante el acoso, cuando el 72,3% responde ‘apoyar o defender a la víctima’ en la línea de bystander intervention que se ha demostrado lo más efectivo para frenar la violencia.
Profesorado y alumnado están más concienciados e intervienen cada vez más y con mayor conocimiento de las acciones más eficaces para terminar con el acoso: romper el silencio 72,7%, apoyar a la víctima 71,7%, pedir ayuda 64,2%, rechazo social a la violencia 51,8%. Lo mismo se observa en lo que se refiere a la prevención: favorecer el diálogo 86,6%, respeto a las diferencias 85%, trabajar las relaciones, cohesión del grupo, interacciones 83,5% son respuestas mayoritarias que también coinciden con las evidencias científicas. El profesorado también da respuestas que coinciden con las evidencias cuando señalan las causas y factores de riesgo de la violencia escolar: presión del grupo 88,8%, normalización de la violencia 87,9%, discriminación de las diferencias 86,1%, discursos dominantes en redes sociales, publicidad, películas y series.
Se ven cada vez más luces en el camino a seguir para conseguir centros educativos seguros y libres de violencia, pero la lectura de este informe también nos alerta sobre datos muy preocupantes que aún perduran. Estos datos nos recuerdan la necesidad de seguir avanzando en otros aspectos clave que con seguridad se irán incorporando en futuros informes, como la formación del profesorado basada en evidencias científicas de impacto social, la participación de las familias y la comunidad educativa, el modelo dialógico de convivencia, o la amistad como un componente esencial de protección frente al acoso.
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