En política, las NAM, no van de colores ni partidos sino de lucha contra la violencia

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Ante la situación política mundial, el desencanto por la ideología, por el posicionamiento que valora los derechos humanos, el consenso y el diálogo, es decir, la democracia, parecerían tener la batalla perdida, sino fuera por la gran cantidad de ejemplos ciudadanos colectivos solidarios que se vislumbran en diferentes colores y partidos políticos y que permiten mantener la esperanza de seguir construyendo sociedades cada vez más democráticas libres y avanzadas.

Las nuevas masculinidades alternativas, las NAM, no se vinculan a ningún color político ni ideología concreta. Podemos encontrar hombres que tienen una ideología más conservadora, liberal, socialdemócrata o de izquierdas, que defienden esas ideas y que contribuyen a la lucha contra la violencia.

En algunos casos, miembros de uno de esos partidos políticos atacan a los del partido contrario cuando aparecen casos de violencia o acoso sexual, pero callan cuando surgen esos mismos casos entre personas de sus filas. Ese posicionamiento cobarde ayuda a aumentar la violencia de género, porque no se posiciona, porque justifica la violencia y porque, en lugar de proteger a las víctimas y a quienes les ayudan, protegen a los acosadores.

Por ello, en política, ya sea ante presidentes de un partido o de otro, diputados de un color u otro, o partidarios de un movimiento o institución concreta, las NAM se posicionan sin mirar el color político ni ideológico. Condenan la violencia venga de donde venga, para proteger a las víctimas, para prevenir acosos futuros y para poder seguir creando relaciones y vínculos sociales basados en el diálogo y la libertad real de las personas, voten lo que voten y piensen lo que piensen. Este tipo de acciones resultan, no solo un enorme salto cualitativo en cuestiones de género y de prevención de la violencia de género sino, además, un gran avance en posicionamientos de carácter democrático.