Omertá (159): Historia del fin de los trolls
En una universidad, un profesor y su grupo de investigación se convirtieron en blanco de ataques constantes por parte de trolls en redes sociales. La razón de estos ataques era su postura firme contra el acoso sexual, siendo los únicos en la institución que se habían pronunciado abiertamente sobre el tema. Mientras los trolls intentaban desacreditar al profesor y su equipo, sus mensajes de odio no hacían más que generar una reacción contraria.
Cada ataque en redes sociales era rápidamente respondido por cientos de denuncias de personas que apoyaban al profesor y a las víctimas que él defendía. Lo que comenzó como un intento de difamación por parte de los abusadores, terminó por fortalecer la solidaridad hacia el grupo de investigación. A medida que más personas denunciaban estos ataques y se posicionaban del lado del profesor, la voz de los trolls y abusadores se fue debilitando.
Con el tiempo, los esfuerzos por desprestigiar al profesor se volvieron contraproducentes, y su defensa de las víctimas de acoso sexual ganó mayor visibilidad y apoyo tanto dentro como fuera de la universidad. El caso dejó claro que, frente a los intentos de silenciar a quienes luchan contra la violencia y el abuso, la solidaridad colectiva y el respaldo de la comunidad pueden ser herramientas poderosas para hacer justicia.