Los aplausos a Nevenka muestran el cambio de víctimas a supervivientes

Nevenka con Mireia Oriol actriz que la interpreta en el film// iciarbollain_soynevenka

Gracias a las enormes transformaciones que se están llevando a cabo en el feminismo y en la historia de las mujeres, estamos siendo testigos de cómo, en contextos muy diversos, se apoya cada vez más a las víctimas en lugar de a los acosadores. Víctimas de acoso sexual que en su momento fueron revictimizadas o marginadas ahora reciben un respaldo social creciente, tanto ellas como su entorno.

Un claro ejemplo de esto fue el caso de la víctima de La Manada, que sacó a miles de personas a las calles en solidaridad. Otro ejemplo son las víctimas de acoso sexual en el ámbito universitario, que han pasado de ser vistas como víctimas a ser reconocidas como supervivientes.

Recientemente, vuelve a salir a la luz el caso de Nevenka Fernández que marcó un antes y un después en la lucha contra el acoso sexual en España. En 2001, Nevenka, entonces concejala de Hacienda en el ayuntamiento de Ponferrada, denunció públicamente al alcalde, Ismael Álvarez, por acoso sexual. Su valentía al enfrentarse a una figura poderosa en un contexto profundamente cerrado generó una enorme controversia. Lejos de recibir apoyo en aquel momento, Nevenka se vio aislada y estigmatizada, tanto por la sociedad como por sus propios compañeros de partido y el entorno local. La presión fue tal que tuvo que abandonar España para proteger su bienestar emocional y físico.

Estos días, hemos vivido con mucha emoción los aplausos sentidos a Nevenka durante el estreno del documental Soy Nevenka, que narra su caso i ha motivado a miles de personas a solidarizarse y a romper el silencio después de años de invisibilidad. Este reconocimiento a Nevenka Fernández es un reflejo de las transformaciones que el feminismo ha impulsado en la sociedad, subrayando la importancia de denunciar y visibilizar el acoso sexual. Su historia nos recuerda que romper el silencio es un acto de valentía que puede cambiar no solo una vida, sino también la conciencia colectiva.