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El último informe del Centro Europeo de Control de Enfermedades, donde se recogen datos de 2022, refleja una situación más que preocupante: las enfermedades de transmisión sexual se están expandiendo con gran fuerza entre la población. Respecto al año anterior, la gonorrea ha aumentado un 48%, los casos de sífilis han crecido un 31%, y los de clamidia un 16%. También han aumentado los casos de otras enfermedades tales como el linfogranuloma venéreo y la sífilis congénita. Aunque existe tratamiento para estas enfermedades, todas ellas pueden generar complicaciones severas en la salud. Algunas pueden causar dolor crónico, infertilidad, enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurológicas, y consecuencias severas durante el embarazo. 

Ante esta situación, el Centro Europeo de Control de Enfermedades resalta la importancia de actuar para mejorar en la prevención. En concreto, llama a que todas las personas tomen medidas para protegerse a ellas mismas al tiempo que protegen a las demás.

Este panorama ocurre en un contexto en el que existe un discurso coercitivo que presiona para tener relaciones no elegidas libremente. La investigación muestra que es habitual que en el grupo de iguales se den interacciones que traten de forzar a personas del grupo a tener relaciones sexuales que no son consentidas, y que esto perjudica la salud de quienes lo sufren.

¿Qué hacen los hombres en estos contextos? La investigación destaca que entre los hombres hay actitudes diferentes. Hay hombres que coaccionan a mujeres y hombres para que tengan relaciones que no quieren tener, y fomentan que otros hombres hagan lo mismo. A menudo, quieren pasar por amigos, pero en realidad es simplemente un tema de dominación sobre otras personas. Nada tiene que ver con el bienestar de las demás personas. A quien no se somete, le intentan machacar, y lo tratan de hacer de muchas maneras.

Sin embargo, también hay hombres que no se someten, no tienen ni fomentan relaciones no consentidas, y además saben arreglárselas para que esto que hacen se vea como más atractivo que las masculinidades tradicionales que coaccionan y/o se dejan someter. Son lo que se define como las Nuevas Masculinidades Alternativas (NAM). También tienen un rol que jugar ante la situación actual.

Las masculinidades tradicionales son un peligro para la salud. En cambio, las nuevas masculinidades alternativas son buenas para la salud, marcan la diferencia.

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