Recientes avances en pruebas genéticas están revolucionando la forma en que se gestiona el riesgo de cáncer de mama, ofreciendo a las mujeres alternativas menos invasivas que la cirugía preventiva. Investigadores e investigadoras de los proyectos BRIDGES y B-CAST, financiados por la UE, han identificado nuevos genes asociados al cáncer de mama y han mejorado la precisión en la evaluación del riesgo al combinar factores genéticos con ambientales y de estilo de vida. Su trabajo ha llevado al desarrollo de CanRisk, una herramienta en línea que proporciona estimaciones detalladas del riesgo para ayudar al personal médico a tomar decisiones más informadas sobre el tratamiento.
La investigación ha llevado a cabo el análisis de los genomas de más de 100,000 mujeres, comparando datos genéticos con información de tumores y factores de riesgo adicionales. Gracias a este esfuerzo, CanRisk permite a los especialistas calcular con mayor precisión el riesgo que enfrenta una mujer según su perfil genético, ofreciendo alternativas como un monitoreo más frecuente en lugar de una mastectomía preventiva. Este enfoque más personalizado está reduciendo la necesidad de cirugías radicales, lo que mejora la calidad de vida de las pacientes.
Los investigadores e investigadoras también continúan buscando otros genes vinculados al cáncer de mama, lo que podría llevar a nuevas mejoras en las herramientas de evaluación de riesgos y opciones de tratamiento en el futuro. Estos avances no solo están ayudando a reducir la incidencia del cáncer de mama, sino que también están disminuyendo las secuelas físicas y emocionales para las mujeres afectadas.
Los grupos de apoyo a mujeres con cáncer se han pronunciado mostrando su satisfacción por seguir avanzando hacia una mayor claridad sobre el nivel de riesgo de desarrollar un cáncer y las diversas opciones de tratamiento posible
