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Cinco trabajadores de un centro de menores en Zaragoza han sido detenidos por presuntos delitos de tortura y agresión sexual a menores tutelados. Estos individuos, que ocupaban diferentes roles dentro del centro, están acusados de abusar física y sexualmente de los menores bajo su cuidado.

La investigación, que inició tras las denuncias de la madre de uno de los chicos que ha llevado a una instructora a entrevistar a varios trabajadores y trabajadores del centro que han corroborado la situación de abuso por parte tanto del director como de algunos educadores.

Las declaraciones han revelado detalles alarmantes sobre las condiciones en las que vivían los adolescentes. Estos actos han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los menores tutelados y la falta de mecanismos adecuados para protegerlos de abusos dentro de las instituciones que supuestamente deben garantizar su bienestar y seguridad.

Los chicos agredidos afirmaban que se sintieron desamparados a la hora de pedir ayuda por miedo a mayores represalias y a no ser creídos.

La desprotección de la infancia tutelada se hace evidente en este caso, resaltando la necesidad urgente de revisar y reforzar los sistemas de vigilancia y control en los centros de menores. La falta de supervisión y las fallas en los protocolos de protección permiten que situaciones de abuso se sigan cometiendo.

 

 

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