
Rosa Mayreder nació en 1858. Como muchas de sus colegas alemanas se dedicó a la ética, y sobre todo a la cuestión feminista. Fue educada según los valores propiamente femeninos. Recibió clases de piano, pero debió estudiar filosofía y literatura de forma autodidacta. Leía todo lo que podía, y aprendía griego y latín. Tenía un gran talento musical y también para la pintura. En la década de 1890, Rosa Mayreder se unió al ala radical del movimiento feminista ciudadano. Su lema era: «Hacia la libertad y la felicidad a través del conocimiento». Durante la Primera Guerra Mundial, la filósofa se comprometió con el movimiento feminista por la paz.
Las obras principales de Rosa Mayreder son Crítica de la feminidad y Género y cultura. Estos libros no son tratados sistemáticos, sino ensayos. Rosa Mayreder reescribió los principales postulados feministas desde una óptica completamente diferente.
Para ella, todo lo que habitualmente se considera típicamente «femenino» o típicamente «masculino» es simplemente una norma cultural que no puede pretender configurar la naturaleza del hombre ni de la mujer. El individuo y su desarrollo intelectual tienen mucho más valor que la cuestión de género. Para Rosa Mayreder hay un «ideal humano» que todos deben intentar alcanzar, ya sea hombre o mujer.
Rosa Mayreder estaba al día de los últimos conocimientos de la medicina de su época y los tenía en cuenta: «Durante mucho tiempo, se ha buscado en el cerebro el factor determinante para la diferencia entre sexos y se ha creído encontrar diferentes indicios de ello. Pero hoy día ya no se puede poner en duda que los cerebros humanos manifiestan simplemente las diferencias individuales, y no las sexuales».
Cuanto más desarrollada está la personalidad del ser humano, menos motivos hay para que las características sexuales pasen a un primer plano. Debemos ser capaces de superar la perspectiva dictada por las convenciones. «Que una personalidad femenina tenga un efecto sobre nosotros diferente del de una masculina no radica tanto en lo que es, sino en cómo es».
A Rosa Mayreder no le faltaron motivos para extenderse sobre este tema. En el año 1903, por ejemplo, se publicó un libro muy controvertido en su momento: Género y carácter de Otto Weininger, donde, entre otras cosas, el filósofo y psicólogo austriaco decía que: «incluso el hombre de más baja condición está infinitamente por encima de la mujer de categoría más elevada». A Rosa Mayreder le pareció terrible la afirmación. A una persona como ella le afectaban profundamente ideas discriminatorias y diferenciadoras de este tipo.
Además de textos filosóficos, Rosa Mayreder escribió también poemas, novelas y hasta un libreto de ópera.
“En los hechos y acciones de un ser humano, es donde se ve realmente a la persona; en lo que piensa y dice de sí mismo su yo reflexivo, que sólo cuando está controlado por un cierto grado de comprensión de la esencia primaria, de autoconocimiento, posee cierta seguridad… A mayor distancia entre la persona real y el yo reflexivo, mayor es el peligro de engaño. Puede decirse que la armonía interior y exterior de la vida es, para el individuo, proporcional a la relación que tiene su yo reflexivo con su persona real”. (Fragmento de su libro, Género y cultura).
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