
Las aulas son entornos en los que se facilitan interacciones ricas en lenguaje, no sólo entre profesorado y alumnado, sino también entre compañeras y compañeros. Esas interacciones dentro del grupo de iguales desempeñan un papel esencial en el aprendizaje de idiomas, especialmente para las y los estudiantes bilingües.
En esta línea, el artículo Friends as a language learning resource in multilingual primary school classroms, publicado en la revista científica ‘Social Psychology of Education’, aborda la relación entre diferentes tipos de amistades y el desarrollo del lenguaje de las niñas y los niños en Educación Primaria.
Según las teorías sociales, el aprendizaje de una lengua es un proceso en el cual se utiliza dicha lengua en un diálogo colaborativo y se construye conjuntamente la lengua o el conocimiento sobre la misma. Por lo tanto, el uso del lenguaje y la participación en actividades e interacciones significativas y socialmente construidas es una fuente fundamental para el desarrollo de la primera (L1) y segunda (L2) lengua de niñas y niños. A través de la mediación lingüística, una experta o un experto alinea su uso del lenguaje con la zona de desarrollo próximo (ZDP) del novato o novata, la zona entre lo que se puede lograr sin ayuda y lo que se puede hacer bajo la guía o en colaboración con otras personas con mayor competencia (Vygotsky, 1978). Las compañeras y compañeros del aula influyen positivamente en las habilidades del lenguaje, tanto de L1 como de L2. En relación con estudiantes de L2, se ha demostrado que cuando están aisladas o aislados de sus pares de mayor rendimiento (segregación escolar), tienen menos acceso a las redes sociales del aula y a los recursos de sus pares, al capital social. Las amistades afectan positivamente al desarrollo en general, así como al desarrollo de la competencia social.
Los resultados del estudio enfatizan en la importancia de las amistades en el aula para el desarrollo del lenguaje. Cuanto más profundas y recíprocas son las amistades se observa una mayor mejora de las habilidades del lenguaje oral. También se manifiesta que una diferencia moderada en la capacidad lingüística puede ofrecer una mayor mejora en las habilidades lingüísticas, tanto de las y los estudiantes de L1 como de L2. Los resultados positivos aumentan aún más cuando las niñas y los niños son mejores amigos correspondidos, y además tienen una capacidad lingüística moderadamente diferente.
Los hallazgos del estudio refuerzan aún más las evidencias que demuestran que las aulas y las escuelas deben ser entornos seguros de reciprocidad, pertenencia y emocionalmente positivos, para proporcionar un ambiente óptimo para el desarrollo de amistades de calidad, que favorezcan un desarrollo general adecuado, y en particular, en este caso, un mejor desarrollo del lenguaje y del aprendizaje en general. A nivel didáctico, una comprensión más profunda de la correspondencia entre las relaciones sociales positivas y el desarrollo del lenguaje conlleva la creación de entornos educativos donde se fomenten espacios seguros, libres de violencia, así como formas de organización del aula en la que se facilite la integración y las interacciones sociales como medio para alcanzar mejores aprendizajes, como puede ser el caso de los Grupos Interactivos.
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