Cuando ya ha quedado clarísimo para todo el mundo que las calumnias no tienen ni una mínima parte cierta, cuando ya están muertas, los acosadores han encontrado una forma de revivirlas para que actúen como zombis. Cuando alguna de las personas que se han jugado todo para acudir a la llamada de apoyo de las víctimas va a recibir un contrato, honor o premio por una institución, los acosadores les envían las calumnias amenazando con difundirlas si no retiran ese reconocimiento.
Son calumnias zombis, están muertas, nadie se cree lo más mínimo, todo el mundo sabe que las hacen los acosadores para intentar seguir manteniendo la impunidad a sus acosos. No pretenden que nadie se crea nada pero sí que quienes tienen poder de decidir piensen: me sabe fatal, es muy injusto, pero no me conviene, no me gustan los líos. Esa es una nueva forma de pasividad cómplice de los acosadores, una forma de mirar para otro lado que pronto se criticará duramente.
Los acosadores no quieren ver que hay personas solidarias que nos pasan al MeToo Universidad toda esa información y cada vez más actúan al contrario de lo que esas calumnias pretenden; a los méritos y reconocimientos anteriores se añade así el merecimiento de su valentía y solidaridad. La impunidad se está derrumbando, las víctimas transformándonos en supervivientes.
Coordinadora del Metoo University
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