El último artículo científico publicado en la revista internacional Violence Against Women, The Failure to Recognize Continuing Harm: Post-Separation Domestic Abuse in Child Contact Cases de Kieran Walsh, Portsmouth Law School, University of Portsmouth, Reino Unido, incide en la necesidad de revisar cómo se aplican las medidas post-separación para garantizar la prevención de la violencia pues los fallos que se están realizando no se está garantizando después de haber analizado los resultados de la investigación.
Según la autora, hace veinte años, un artículo de Humphreys y Thiara (2003) destacó una nota de optimismo en la literatura sobre violencia doméstica, que generalmente suele ser pesimista. Señalaron que, aunque el contacto ordenado por el tribunal entre un padre separado y su hijo era un contexto probable para la continuación del abuso perpetrado por ese hombre contra la madre del niño, las recientes pautas emitidas por los tribunales en Inglaterra y Gales tenían la oportunidad de “subvertir prácticas abusivas”, dada la necesidad de garantizar que la seguridad tanto del niño como de la madre se considerara antes de ordenar cualquier contacto (Humphreys y Thiara, 2003, p. 209). Sin embargo, parece ser que dicho optimismo resultó ser equivocado, según la autora.
El artículo presenta los hallazgos de un estudio de más de 100 expedientes judiciales de Inglaterra y Gales que involucran solicitudes de arreglos de crianza después de la separación en los que se identificó a las partes como en riesgo de daño. En particular, examina aquellos casos en los que uno de los padres (generalmente madres) fue sometido a abuso doméstico después de la separación y las medidas adoptadas por los tribunales en respuesta. Encuentra que, a pesar de los cambios en la ley y la práctica judicial diseñados para fortalecer la obligación de garantizar que el contacto entre padres e hijos sea seguro antes de que pueda tener lugar, los tribunales rutinariamente ordenan el contacto con pocas, si acaso alguna, medida de seguridad viable.
El estudio en el que se basa este artículo muestra la prevalencia real del abuso post-separación en casos de contacto infantil y cómo los tribunales no están minimizando adecuadamente los riesgos. Esto se evidencia en el uso inconsistente e inapropiado de medidas de seguridad en órdenes judiciales provisionales, con medidas de seguridad que a menudo se utilizan como un paso hacia un contacto no supervisado con un padre que representa un riesgo significativo.
Estos hallazgos muestran una clara discordancia entre lo que la ley exige y lo que se logra en los tribunales, lo que requiere una revisión radical de la presunción de la participación parental y de cómo se concede y se gestiona el contacto para lograr un progreso hacia un contacto seguro.
Y en este sentido añadiríamos también, identificar cuales son aquellas medidas de éxito en la gestión post-separación para garantizar la seguridad y erradicar el daño para aplicar lo que si funciona y la literatura científica ha identificado.
Presidenta de la Asociación CSAS (Survivors of Childred Sexual Abuse) – Science and Friendship. Directora de DF Diario Feminista. Profesora de Periodismo y Comunicación Universitat Autònoma de Barcelona.
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