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En la socialización de los chicos y los hombres existe mucha presión para hacer determinadas cosas y actuar de formas concretas que coartan nuestra libertad. En este artículo voy a poner algunos ejemplos sobre esta presión que la literatura científica vinculada a los men’s studies ya lleva señalando desde hace varias décadas.  

Un ejemplo de esta presión es la de actuar teniendo actitudes y relaciones despreciativas porque ello es sinónimo de masculinidad. Esa presión tan repugnante de la Masculinidad Tradicional Dominante condiciona a muchos chicos, algunos con prácticas de la Masculinidad Tradicional Oprimida, a reproducir estos comportamientos. Otro ejemplo de esta presión va vinculada a la permanente exhibición de la fortaleza sexual. Algunos chicos y hombres se les empuja a tener que demostrar continuamente que son activos sexualmente sin importar la calidad de las prácticas sexuales que tengan. Históricamente esta dinámica ha perjudicado los inicios de las relaciones afectivo-sexuales en los chicos y hombres que se han visto manchadas por el discurso coercitivo dominante más individualista y reaccionario. De hecho, muchos chicos explican la obsesión de sus padres para que se “estrenen” con prostitutas, muchas veces sin ellos quererlo, para poder después explicarlo en su entorno más cercano. En el caso de los chicos y hombres homosexuales esta presión fruto de la masculinidad dominante también se ha extendido. Para ser un gay “moderno” y “divertido” hay que demostrar continuamente que sexualmente eres una persona activa sin dar importancia a la calidad de la relación ni el efecto posterior que ésta tenga en la otra persona. 

El último ejemplo que queremos presentar en el presente artículo hace referencia a la presión por pasar por ciertos rituales masculinos que burlan y denigran a otros hombres. Los hombres “de verdad” deben pasar por estos rituales que son claves para demostrar la hombría. Estamos hablando por ejemplo de las bromas y novatadas que se articulan en el marco de los equipos deportivos y el ejército. 

Las Nuevas Masculinidades Alternativas de cualquier condición, grupo cultural, orientación sexual o expresión de género se han liberado de estas cadenas que la masculinidad tradicional dominante ha construido para perpetuar su dominación y poder. Liberándonos de estas cadenas conseguimos una de las más importantes revoluciones de los últimos años: los hombres alternativos somos capaces de transformar el mundo dejando de ser fieles seguidores a los “machos alfa”. 

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