A nivel internacional, desde la investigación, existe la teoría y el concepto “precarious manhood”, que se puede traducir como hombría, virilidad o masculinidad precaria. Hace referencia a que ser un “real men”, un “hombre de verdad”, es un estatus difícil de conseguir, fácil de perder y que se ha de demostrar todo el tiempo. Esta teoría plantea que una chica se convierte en mujer por cuestiones biológicas, como la menstruación, mientras que un chico se convierte en un hombre por comportamientos y adaptaciones sociales.
Se sobreentiende que este planteamiento de “hombría precaria” lo dicen en referencia a la masculinidad hegemónica, esa concepción coercitiva que impone a los chicos y hombres lo que “es ser un hombre de verdad”, que además de limitar la libertad añade algunas características que son explícitamente dañinas para los hombres. Desde el enfoque de las Nuevas Masculinidades Alternativas está claro que este tipo de masculinidad se aleja claramente de lo que la sociedad desea de un chico u hombre ideal, de una masculinidad ideal: por lo tanto, están muy alejados de ser un hombre de verdad.
Ser NAM requiere transformación personal y coherencia, pero desde luego no es agotador. En primer lugar, porque las NAM son muy diversas en expresión y gustos, y por lo tanto hay una gran libertad: es indiferente, porque da igual, si te vistes de una forma u otra, si lloras o no, si te gusta el deporte o no, si bebes alcohol o no, si eres hetero, gay o bisexual, si tienes o no relaciones y cuántas.
No hay nada que demostrar, pero es cierto que la masculinidad hegemónica sigue impactando mucho a los niños y chicos jóvenes; ante la falta de diálogos, hace falta mucha seguridad para no sentir que tienes que ser como te ha dicho la sociedad que es “ser un hombre”. Además, los chicos con Masculinidad Tradicional Dominante mantienen interacciones en las que imponen esa hombría tradicional, y se sienten muy seguros actuando así porque es lo que hasta ahora la sociedad ha validado como “hombre de verdad”.
Tengamos conversaciones e interacciones con niños y chicos, en cualquier contexto, que les ayuden a interiorizar que pueden ser como quieran, pueden jugar a lo que quieran y expresarse como quieran; y que quien les ataque por ello son unos cobardes que no saben disfrutar de la libertad.
La categoría social “hombre” ha existido y existirá, y queremos que siga existiendo, porque casi la mitad de la población mundial se siente hombre y porque es una identidad de la que sentirse contento y orgulloso. Lo interesante será resignificar qué es “ser hombre”, para que no implique nada negativo para uno mismo ni para los demás. Desde las Nuevas Masculinidades Alternativas nos sumamos a la teoría de la socialización preventiva de la violencia de género, y planteamos que las masculinidades que más debemos valorar socialmente, por el bien de todos, son las masculinidades que unen igualdad, bondad, belleza, solidaridad. Dicho de otra manera: no son más hombres quienes se adhieren y presionan a otros a seguir un estereotipo ya pasado de moda; y son más hombres quienes deciden libremente cómo quieren ser y quienes con sus acciones mejoran la vida de otras personas.
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