La libertad no es mala praxis

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La mayoría de fuentes consultadas señalan la significativa coincidencia entre una reciente, sonada y pública mala praxis de la Universidad de Barcelona en su actitud ante una denuncia de presunto acoso sexual y su anuncio de aplicar la figura de mala praxis a las relaciones sexuales entre profesorado y estudiantes. Hay quienes apuntan a que eso pudiera llevar consciente o inconscientemente a calificar acosos sexuales de personas con poder como simples malas praxis y así no aplicar ninguna sanción y restituir a esas personas denunciadas en sus puestos.

Las evidencias científicas y los organismos internacionales dejan muy claro tanto la defensa de la libertad sexual como que el criterio para determinarla es el consentimiento. No existe consentimiento y por tanto no hay libertad sexual cuando una de las personas es menor de edad, cuando una usa la violencia, su posición de poder o el poder interactivo. Que una persona tenga un arma no es problema, si no nadie sería libre de tener relaciones sexuales o casarse con una persona que fuera policía; el problema es si usa esa arma para forzar relaciones que no son libremente consentidas. Que una persona tenga una posición de poder no es problema; el problema es si usa esa posición de poder para forzar relaciones que no son libremente consentidas.

La Universidad de Barcelona ha sido más reacia que otras universidades a realizar las acciones que internacionalmente se aconsejan para acabar con el acoso sexual. Si quiere mejorar, que aprenda de las que mejor lo están haciendo, que concentre sus energías en atender bien a las víctimas para que logren ser supervivientes, para lo cual se necesita sancionar el acoso sexual y no esconderlo en un paraguas de mala praxis. Si no mejora lo que ha anunciado, va a añadir a su tradicional inconsecuencia en este tema una dificultad más.

Si el marido de una profesora de universidad decide volver a estudiar, ¿tendrá que dejar ella de ejercer su libertad sexual de tener las relaciones que quiera con él? Si dos docentes de una universidad están casados o tienen relaciones y uno de ellos se jubila y decide hacer un grado de personas mayores, ¿tendrán que dejar de tener relaciones? Si una estudiante quiere tener una relación sexual con una profesora y ella también, ¿quién tiene autoridad para decirle que esa es una mala práctica? Una forma ya antigua de no actuar con claridad contra el acoso sexual es la técnica del ventilador: extender la sospecha delictiva a todo el mundo. Una forma de encubrir a alguien que hace corrupción o que acosa es llamar a todo corrupción o acoso.

Lo que algunas universidades top mundiales hacen es asegurar que nadie pueda usar su posición de poder para forzar una relación que no es libremente consentida; la UB tiene mucho que hacer al respecto y más valdría que centrara en eso sus energías. Esas universidades también aseguran que no hay conflicto de intereses en esas relaciones sexuales libres, no porque sea mala práctica esa libertad sino porque rechazan que esa relación lleve a dar privilegios en las notas a quien esté en esa relación.