En palabras de Nelson Mandela, “la mujer solo excepcionalmente utiliza la fuerza, y el hombre solo excepcionalmente no la utiliza”. Si suscribimos la opinión del líder sudafricano, hallaremos consecuente que el primer Premio Nobel de la Paz fuera concedido a una mujer.
Fue en 1905, siendo la galardonada Bertha von Suttner, nacida en Praga en 1843, escritora y pacifista consuetudinaria. Casada en 1876 con el barón Arthur Gundaccar von Suttner, publicó en 1889 la novela ¡Abajo las armas!, la cual pronto se convirtió en portavoz internacional de pacifismo al ser traducida a varios idiomas.
Nacida en una familia de tradición militar, dado que su abuelo fue capitán de caballería y su padre mariscal de campo y consejero militar del Imperio Austro-húngaro, quizás fueran justamente estos antecedentes los que despertaran en ella las ansias de paz.
En 1899 aparecería un nuevo libro, La era de las máquinas, en el cual ya advertía contra la carrera armamentista. Mas su actividad pacifista cuajó en otros ámbitos más allá de la literatura, fundando en 1891 la Asociación Austríaca por la Paz, y un año después la revista que llevaba por nombre el título de su libro más reputado, ¡Abajo las armas! Cuando fue premiada con el Nobel de la Paz, se hallaba inmersa en pronunciar conferencias y participar en congresos internacionales en favor de la paz. Una perspectiva avanzada en su tiempo fue su exhortación a la unidad europea como fórmula para prevenir las guerras.
Bertha von Suttner, la segunda mujer distinguida con el Premio Nobel, falleció en Viena en 1914, poco antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Cabe apuntar que el destino fue benévolo con ella privándola de ser testigo del conflicto armado y comprobar la inutilidad inmediata de sus esfuerzos pacifistas. Inutilidad inmediata que no excluye la utilidad a medio o largo plazo. La semilla en pro de la paz no deja de fructificar en el ancho mundo, pese a que persistan las guerras. Mentes y corazones semejantes al de Bertha von Suttner han de conducir indefectiblemente a la paz universal.
