En muchos contextos de formación sobre convivencia escolar con familias de alumnado de mi centro o de otros muchos contextos educativos, aparece como contenido clave de la socialización preventiva de la violencia de género, el concepto de NAM: Nuevas masculinidades Alternativas.
Las mejores evidencias científicas de impacto social, identifican las NAM como la única alternativa contra la violencia de género que ejercen a las masculinidades tradicionales dominante y que permiten las oprimidas, dos caras de la misma moneda.
Conocer las NAM en el contexto educativo es un halo de esperanza.
Podemos observar como las madres y padres, pensando en sus hijos e hijas ven en las NAM un ejemplo alternativo a los referentes de masculinidades que tienen más visibilidad en los medios de comunicación y en las redes sociales. Modelos de masculinidad tradicionales dominantes que conllevan, en la mayoría de ocasiones, relaciones y actitudes ligadas a la coacción y la falta de libertad.
Por otro lado, los chicos majos que conocen el concepto de NAM ven la posibilidad, el camino a seguir, que les hará ganar en seguridad y certidumbre sin necesidad de ser víctima del discurso coercitivo dominante o dejar de ser ellos mismos. Ven reflejados sus pensamientos en un modelo que, aúna a la vez seguridad, valentía y atractivo desligados de la violencia, sabiendo que además les proporcionará una salud y felicidad acompañada de una vida llena de los valores éticos en los que creen.
También vemos cómo el profesorado tiene en las NAM un punto de referencia, una guía para visibilizar las actitudes en su alumnado y conseguir así quitar el foco de “los de siempre”. Visibilizando las actitudes NAM, fomentan en el aula la solidaridad, el respeto y el posicionamiento ante la violencia.
En definitiva, observamos como, poner sobre la mesa el concepto de NAM, desconocido en muchas ocasiones para muchas de las familias de nuestros centros educativos, llena de motivación y esperanza, tanto a nivel personal como a nivel social, porque abre nuevos caminos en la educación de la juventud y en nuestras vidas propias como personas adultas, dotando de sentido el día a día de personas que en muchas ocasiones no eran capaces de encontrar su sitio como hombres, madres, compañeros, novias, novios, amigos, amigas, hijos, alumnos, etc.
