La violencia de género es una grave violación de los derechos humanos que afecta a millones de niñas en el mundo cada año. Esta forma de violencia puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo el acoso escolar, la discriminación de género, el abuso físico, sexual y emocional, así como el matrimonio infantil y otras prácticas nocivas. Ante tal problemática, las escuelas emergen como un punto crucial de intervención para prevenirla, abordarla y acabar con ella. Muchas ya lo hacen actualmente implementando Actuaciones Educativas de Éxito (AEE) como el Modelo Dialógico de Resolución y Prevención de Conflictos y el Club de Valientes. Violencia 0, basado en las claves de la Socialización Preventiva, teoría desarrollada por CREA y están consiguiendo transformar las relaciones entre el alumnado.
Cabe recordar, en primer lugar, que las escuelas tienen el deber de garantizar el derecho a la mejor educación a la infancia. Todo eso pasa por que se comprometan a configurarse como entornos seguros de tolerancia 0 a la violencia que proporcionen a las niñas y los niños las herramientas necesarias para reconocer, responder y comunicar cualquier forma de abuso o agresión. Es crucial involucrar a toda la comunidad, familias, profesorado, alumnado y otros agentes educativos y consensuar cómo entre todas las personas se va a frenar y adoptar un posicionamiento proactivo de tolerancia 0 frente a la violencia pues el modo en que una comunidad responde y se posiciona frente a la violencia es clave y sabemos que acabar con esta lacra pasa por poner el foco y todas las energías en prevenirla.
Esta es una necesidad social urgente por muchas razones. Además de las preocupantes cifras, se trata de una cuestión de derechos humanos que afecta a muchas áreas de la vida de las personas y las sociedades. Por otro lado se sabe que el desarrollo al máximo del potencial del alumnado en las escuelas, pasa por la creación de espacios libres de violencia y coacciones y mientras esto no sea posible, no sólo no se podrá dar así sino que además puede tener consecuencias graves para su salud.
Así es como, las escuelas que aplican que basan sus actuaciones educativas en las evidencias científicas de impacto social se convierten en el punto de partida para erradicar la violencia ya que sus alumnos y alumnas ya están transformando sus relaciones y convirtiéndose en esos artistas sociales que crearán nuevas realidades, haciendo de este mundo un lugar más justo, igualitario y en definitiva, mejor para todas las personas.
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