En medio del caos de la guerra, es crucial reconocer nuestra humanidad compartida, a menudo olvidada en el fragor del conflicto. A pesar de nuestras diferencias, nos une la necesidad de abordar la terrible situación de Gaza. En las últimas 15 semanas, desde los trágicos sucesos del 7 de octubre, se han perdido más de 25.000 vidas, siendo el 70% de las víctimas mujeres, niñas y niños. La magnitud del sufrimiento sobrepasa los esfuerzos de socorro en marcha, pero debemos iniciar el cambio, empezando por centrarnos en los más vulnerables.
Para lograr un impacto inmediato, el primer paso es establecer un hospital de campaña dedicado a tratar a las niñas y los niños heridos y a las mujeres embarazadas. Este mínimo esfuerzo es esencial para mantener la decencia y preservar nuestra humanidad compartida.
Cada día, 160 mujeres soportan condiciones inseguras mientras dan a luz, algunas incluso en la calle. Se realizan amputaciones de urgencia a niños sin anestesia y las mujeres que necesitan cesáreas con histerectomía posterior se someten al proceso sin alivio del dolor. La falta de medicamentos, saneamiento y vacunas para bebés, niñas y niños provoca daños irreparables.
Aunque Israel alega defensa propia, es inconcebible argumentar que las niñas y los niños o las mujeres de parto suponen una amenaza. El derecho internacional protege a las mujeres que dan a luz, las niñas y a los niños, y más allá de las obligaciones legales, es evidente que la asistencia médica inmediata es imperativa para un parto seguro y operaciones básicas dentro de Gaza.
La solución, regun Relief, está clara: establecer un hospital de campaña en el paso fronterizo de Rafah que atienda específicamente las necesidades médicas relacionadas con el embarazo y las amputaciones. Esto puede facilitarse y financiarse a través de la ONU y sus socios, incluida la recién creada oficina del alto coordinador humanitario y de reconstrucción de la ONU para Gaza. Egipto e Israel deben garantizar el libre paso de suministros a Gaza y mantener corredores humanitarios hacia y desde el hospital de campaña. Israel debe comprometerse a evitar la violencia que pueda poner en peligro la integridad del proceso o la seguridad y el funcionamiento del hospital, tal y como aseguró anteriormente a la Corte Internacional de Justicia.
Israel tiene ahora la oportunidad de demostrar su compromiso de ayudar a Gaza. Debe centrarse en salvar las vidas de los niños, los recién nacidos y sus madres. Nuestra humanidad compartida no exige menos.
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