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En un incidente concreto, funcionarios del Ministerio del Vicio y la Virtud sugirieron que una mujer debía casarse para conservar su puesto de trabajo en un centro sanitario, por considerar inapropiado que una mujer soltera estuviera empleada, según un informe de la ONU.

Los talibanes, a pesar de haber prometido inicialmente un gobierno más moderado, han restringido la participación de las mujeres en la mayoría de los aspectos de la vida pública y han prohibido que las niñas continúen su educación más allá del sexto grado desde que tomaron el poder en 2021. También han cerrado salones de belleza, impuesto un código de vestimenta y arrestado a las mujeres que no se ajustan a su interpretación del hiyab, o pañuelo islámico. En mayo de 2022, los talibanes emitieron un decreto en el que abogaban por que las mujeres sólo descubrieran sus ojos y respaldaban el burka de cuerpo entero, una reminiscencia de las restricciones impuestas durante su anterior gobierno de 1996 a 2001.

El último informe trimestral de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán, que abarca de octubre a diciembre del año anterior, destaca la intensificación del escrutinio de los talibanes sobre las mujeres afganas solteras o que carecen de un tutor masculino, conocido como mahram, que las acompañe.

France24 señala que aunque no existen leyes oficiales sobre la tutela masculina en Afganistán, los talibanes insisten en que las mujeres no pueden desplazarse ni viajar más allá de cierta distancia sin un pariente masculino consanguíneo o por matrimonio. En octubre, tres trabajadoras sanitarias fueron detenidas por ir a trabajar sin un mahram, pero fueron puestas en libertad después de que sus familias presentaran garantías por escrito de que no repetirían la acción.

En la provincia de Paktia, el Ministerio del Vicio y la Virtud ha prohibido a las mujeres sin mahram acceder a los centros sanitarios desde diciembre, realizando visitas para garantizar su cumplimiento. El ministerio, que actúa como la policía de la moralidad de los talibanes, hace cumplir los requisitos del hiyab y el mahram durante las visitas de las mujeres a lugares públicos, oficinas e instituciones educativas mediante controles e inspecciones.

Además, en diciembre, funcionarios del ministerio en la provincia de Kandahar visitaron una terminal de autobuses para asegurarse de que las mujeres no viajaban largas distancias sin mahrams e instruyeron a los conductores de autobuses para que no permitieran subir a las mujeres sin uno, según el informe de la ONU. Las mujeres también se han enfrentado a arrestos por comprar anticonceptivos, a pesar de que los talibanes no los han prohibido oficialmente.

En respuesta, el portavoz jefe de los talibanes, Zabihullah Mujahid, rechazó el informe de la ONU por estar basado en gran medida en malentendidos, acusando a la misión de ignorar o criticar la ley islámica, o sharia. Mujahid afirmó que con un gobierno islámico en el poder, Afganistán debe aplicar plenamente la sharia, tanto para hombres como para mujeres, lo que incluye normas sobre el hiyab, la tutela masculina y la segregación por sexos en la educación y el empleo. Criticó a la misión de la ONU, afirmando que si condena estos casos o considera las normas islámicas explícitas como violaciones de los derechos humanos, equivale a un insulto a las creencias del pueblo afgano.

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