Aunque, de entrada, parezca un argumento de sentido común, la evidencia científica también respalda que las relaciones de calidad promueven historias de vida más profundas, más saludables y más satifactorias en todos los aspectos.
El contrasentido se desvela cuando somos conscientes de que, en la realidad, en contra del sentido común y de la ciencia, aún persisten de forma intensa relaciones entre personas que están basadas en un discurso coercitivo que encadena el atractivo hacia relaciones y personas que dominan, dañan y ejercen violencia.
Ante esta realidad existente, la esperanza continúa ofreciéndonos oportunidades para soñar con un mundo en el que las relaciones se fundamenten en otro tipo de valores, en las que el deseo hacia otras personas se base en el amor, la amistad y los mejores sentimientos, y que estos vayan unidos a la pasión, el deseo y el atractivo. Al fin y al cabo, desde la libertad de elección de cada cual, se trata de que nos guste estar con personas que nos tratan bien y que las elijamos para nuestras relaciones de amistad y de pareja. Estas son las relaciones que desean y que construyen las nuevas masculinidades alternativas para superar la violencia de género y para tener historias de vida satisfactorias.
Estas relaciones de calidad, es decir, en las que la solidaridad, la igualdad y la libertad son los elementos indispensables, promueven relaciones de apego y de mejora personal en todas las edades, que tienen repercusiones positivas, a medio y largo plazo, para las personas que las viven.
En el caso de las masculinidades, cuando un niño se educa en entornos cálidos, familiares o educativos, con relaciones de calidad, la evidencia ha demostrado que estos vínculos promueven una mejor regulación de las actitudes en edades posteriores, aportando mayor seguridad y profundos valores éticos. Además, la investigación también ha aportado evidencias sobre cómo resulta posible promover la transformación en niños, chicos y hombres, durante toda la vida, gracias a relaciones de amistad, a actuaciones educativas y a vínculos profesionales o sociales que se basan en el diálogo igualitario vinculado a la ciencia como motor de aprendizaje y de desarrollo.
Las nuevas masculinidades alternativas apuestan por la ilusión y la ciencia como eje impulsor de la esperanza real para que todas las personas puedan beneficiarse de las relaciones de calidad a lo largo de sus vidas. Tenemos, durante la historia y, también, a nuestro alrededor, muchos ejemplos de referentes de este tipo, en los que los sentimientos solo hacen que aumentar día a día.
Vistos los avances científicos, este elemento de sentido común, pero, también, científico, sobre el impacto de las relaciones de calidad, se extenderá a toda la sociedad de manera imparable para mejorar las vidas del presente y del futuro de todas las personas que lo deseen.
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