La población romaní es el grupo minoritario más vulnerable de Europa que sufre discriminación y exclusión, por lo que las y los jóvenes romaníes corren un riesgo muy elevado de experimentar resultados adversos en la vida como problemas de salud mental y abandono escolar temprano entre otros. A pesar de este riesgo tan visible, también se encuentran marcos de resiliencia y desarrollo juvenil positivo.
En el artículo, Social connectedness, life satisfaction and school engagement: moderating role of ethnic minority status on resilience processes of Roma youth, publicado en “European Journal of Developmental Psychology”, se examinan los factores que pueden contribuir a crear marcos de resiliencia entre los y las jóvenes romanís. La investigación utilizó para hallar estos factores un muestreo por criterios en el que se incluyeron jóvenes de entre 14 y 18 años de origen romaní o búlgaro procedentes de cuatro escuelas públicas urbanas de Bulgaria. Las implicaciones prácticas que se desprenden de los resultados del estudio para mejorar la satisfacción con la vida, la participación escolar y el desarrollo positivo de la juventud entre los y las romaníes búlgaros y otras poblaciones igualmente vulnerables son:
- La necesidad de implementar programas escolares que involucren a sus familias y que tengan como objetivo mejorar diferentes facetas de la conectividad, dado los beneficios generales observados entre la conexión tanto con la satisfacción con la vida como con la participación escolar.
- La priorización de los centros escolares por implementar estas intervenciones en las que se incluye a las familias debe considerarse esencial para los y las adolescentes romanís por sus mayores probabilidades de sufrir segregación en las aulas en entornos deteriorados o con profesorado que pueda tener prejuicios y menores expectativas sobre ellos y ellas, así como de padecer hostilidad por parte de otros y otras estudiantes.
La conclusión del estudio determina que la participación familiar en la vida escolar de los y las adolescentes, especialmente para los y las romanís, parece ser otra área de beneficio potencial para mejorar la satisfacción con la vida, la participación escolar y el desarrollo positivo.
El proyecto INCLUD-ED, Estrategias para la Inclusión y la Cohesión Social en Europa desde la Educación (2006-11), ya determinó, a través de evidencias científicas de impacto social, qué tipos de participación familiar generaba éxito y cuáles no. La participación educativa es la que mejores resultados ofrece tanto para la mejorar de los resultados académicos como de la convivencia, este impacto positivo ya está siendo aprovechado por el alumnado y las familias en muchos centros escolares que son Comunidades de Aprendizaje, pertenecientes a diferentes contextos y con diversidad de alumnado, también con alumnado romaní.
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