
Los avances en tecnología nos proporcionan nuevas herramientas que a veces se utilizan para ejercer la violencia, mayoritariamente contra las mujeres: en este artículo os hablaremos de los deepfakes y el upskirting. Ambos son ejemplos de lo que se conoce como abuso sexual basado en la imagen, y se refiere a la producción, grabación y distribución no consentidas de imágenes y vídeos sexuales.
A veces, esta forma de abuso se denomina “porno vengativo”, pero es inexacto e inadecuado por tres razones principales:
- “Venganza” a menudo implica que un individuo hizo algo malo o algo para merecer una retribución como si eso fuera una justificación para el abuso, pero no lo es.
- Hay una variedad de motivaciones para la producción de estas imágenes y videos más allá de la venganza, incluyendo la retención de poder y control o ganancias financieras.
- La palabra “porno” se centra en el contenido y oculta la naturaleza abusiva de estas imágenes y vídeos.
Los deepfakes son vídeos falsos editados de manera que parezca que las personas aparecen en vídeos en los que nunca han participado. La producción de un deepfake requiere fotos o vídeos que pueden tomarse en persona, de las redes sociales o encontrarse de otro modo en Internet.
Por su parte, el upskirting consiste en hacer fotos o vídeos por debajo de la ropa de una persona, sin su permiso, y a menudo no se detecta, ya que suele perpetrarse en lugares públicos, como un baño, unas escaleras, una playa. Lo poco ético de esto es que existen foros online específicos donde este contenido delictivo se comparte y comenta en actitud de camaradería por parte de un tipo muy concreto de chicos y hombres.
Siguiendo el esquema de tipos ideales de masculinidad de esta sección de DF, podemos analizar claramente cómo participan de estas nuevas formas de violencia los hombres: los hombres de Masculinidad Tradicional Dominante crean y difunden este contenido, y los de Masculinidad Tradicional Oprimida lo permiten. Las Nuevas Masculinidades Alternativas denuncian estas conductas con valentía y determinación, poniéndose del lado de las víctimas y dándoles siempre a ellas el control de ese contenido visual.
Es necesario en este artículo romper con el pensamiento de que estas violencias digitales las realizan tipos raros que, por tanto, no cumplen un perfil de dominantes porque “pobrecitos, si seguro que no ligan”. Sabemos por la investigación científica que quienes no tienen éxito en las relaciones afectivo-sexuales cumplen perfil de MT Oprimida, que por falta de alternativa bondadosa pueden querer convertirse en MT Dominantes. En cualquier caso, quien nos imaginamos en una habitación oscura, descuidado y con el ordenador, difundiendo este contenido, puede tener muchos aspectos: puede ser un ejecutivo, un menor, un pseudo-intelectual o un político; lo común es que son MT Dominante.
Frente a todo ello, desde esta sección volvemos a reivindicar la revolución que suponen las Nuevas Masculinidades Alternativas y la necesidad de promoverlas desde las escuelas y nuestras relaciones diarias, ya que las NAM nunca lo harían y además cortan este tipo de situaciones. De hecho, es que no encuentran placer ni sentido a una interacción sexual no consentida por alguna de las partes.
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