La educación de la infancia es un aspecto central recogido en el Artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y la asistencia a la escuela es clave en la vida diaria de la mayoría de niños y niñas en todo el mundo. Por ello, el absentismo y los problemas relacionados con la asistencia siguen siendo una preocupación estudiada por profesionales de innumerables disciplinas durante el último siglo, lo que ha generado diversidad de perspectivas sobre el tema.
La investigación School attendance problems and absenteeism as early warning signals: review and implications for health-based protocols and school-based practices, publicada en la revista científica ‘Frontiers in Education’, revisa cómo los problemas de asistencia escolar y el absentismo se cruzan con el funcionamiento a nivel analítico (académico, socioemocional, salud mental, salud física, familia) y sistémico (escuela y comunidad).
El absentismo a menudo se examina estáticamente como una condición escolar que requiere remedio con la aplicación de protocolos específicos para sólo solucionar la asistencia a la escuela. Este estudio propone un enfoque alternativo para percibir los cambios en la asistencia escolar de manera más dinámica como señales de alerta temprana de un funcionamiento potencialmente no saludable en múltiples dominios de la vida del alumnado. Esto puede ayudar a los y las profesionales de la salud y de la educación a detectar antes y solucionar cualquier dificultad o barrera que esté provocando que los niños y niñas falten a las escuelas, proporcionando los apoyos necesarios a través de sistemas de atención integrados y en múltiples dimensiones.
El artículo también incluye recomendaciones sobre cómo considerar los cambios en la asistencia escolar como señales de alerta temprana mejorando los protocolos basados en la salud y las prácticas escolares. Un tema tan relevante como la educación de la infancia implica esfuerzos basados en evidencias para identificar el paso de estados saludables a estados no saludables detectados por la escolarización para asignar vías de tratamiento proactivas y personalizadas (protocolos basados en la salud) y entre sistemas para implementar reformas y apoyos de intervención necesarios (prácticas escolares).
