Utilizar una estufa de leña de interior o una chimenea aumenta el riesgo de cáncer de pulmón en las mujeres en un 43%, según indica un estudio realizado en Estados Unidos.
En el Reino Unido, se espera que uno de cada 13 hombres y una de cada 15 mujeres nacidos después de 1960 reciban un diagnóstico de cáncer de pulmón a lo largo de su vida. En Estados Unidos, estas cifras se sitúan en uno de cada 16 hombres y una de cada 17 mujeres.
El estudio estadounidense descubrió que el riesgo de cáncer de pulmón aumentaba con el uso más frecuente de la calefacción interior de leña. Por ejemplo, las personas que utilizaban su estufa de leña más de 30 días al año tenían un riesgo de cáncer de pulmón un 68% mayor que las que no utilizaban calefacción de leña, como informa también The Guardian.
Estos hallazgos proceden del Estudio de Hermanas, que vigila la salud de 50.000 mujeres estadounidenses con hermanas que padecieron cáncer de mama.
El Dr. Suril Mehta, primer autor del estudio y afiliado al Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Medioambiental de EE.UU., declaró: “El Estudio de Hermanas se diseñó para comprender mejor los factores de riesgo genéticos y medioambientales del cáncer de mama, pero también está equipado para evaluar otros resultados de salud en las mujeres. El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte relacionada con el cáncer entre las mujeres estadounidenses, representando aproximadamente una de cada cinco muertes relacionadas con el cáncer en EE.UU.”.
Aunque el tabaquismo sigue siendo el principal factor de riesgo de cáncer de pulmón en todo el mundo, los resultados del Estudio Hermana indican que la calefacción de interior con leña también supone un riesgo importante. Durante un periodo medio de seguimiento de 11 años, se diagnosticó cáncer de pulmón a 347 participantes en el estudio, de los cuales 289 eran o habían sido fumadores de tabaco y 58 no fumadores.
Tras ajustar los ingresos y otros factores potenciales que afectan a la salud, se evidenciaron claras disparidades en el riesgo de cáncer de pulmón entre los que utilizaban calefacción de leña en sus hogares y los que no. Este riesgo elevado se observó tanto entre los fumadores de tabaco como entre los no fumadores.
En el Reino Unido, sólo el 4% de los hogares que utilizan combustibles sólidos dependen de ellos como única fuente de calefacción. Del mismo modo, el Estudio Hermano descubrió que los hogares utilizaban principalmente gas o electricidad para calentarse, siendo la madera una fuente de calefacción secundaria o terciaria.
Mehta señaló: “Nuestro estudio aporta pruebas de que incluso la quema ocasional de madera en el interior de estufas y chimeneas puede contribuir al cáncer de pulmón en poblaciones en las que la quema de madera en el interior no es la fuente de combustible predominante para cocinar o calentarse dentro del hogar.”
El profesor Fay Johnston, del Instituto Menzies de Investigación Médica de Tasmania, que no participó en la investigación estadounidense, hizo hincapié en las pruebas sustanciales del riesgo de cáncer derivado del humo de leña. En octubre de 2006, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer clasificó el humo de leña como probablemente cancerígeno para el ser humano. Un estudio internacional de 2010, aunque más pequeño y con métodos diferentes, también identificó un riesgo elevado de cáncer de pulmón en los individuos que utilizaban calefacción de leña y carbón en comparación con los que no lo hacían.
Mehta señaló: “El humo de la leña, procedente del uso de aparatos de combustión de leña en interiores, puede contener sustancias como benceno, 1,3-butadieno, hidrocarburos aromáticos policíclicos y otros contaminantes atmosféricos peligrosos de los que se sabe o se sospecha que causan cáncer de pulmón.”
En el Estudio Hermana, la calefacción de gas o propano en estufas y chimeneas se asoció a un mayor riesgo de cáncer de pulmón, pero el riesgo era mucho menor que el de la combustión de leña.
Un informe anterior del Estudio Hermano concluyó que la quema de madera en interiores era un factor de riesgo generalizado y potencialmente modificable del cáncer de mama.
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