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Con un diagnóstico de trombosis venosa profunda y una embolia pulmonar que se acercaba no hubo mayor milagro que el de la amistad creadora de vida para superar la situación con éxito. Sus piernas quedaron sin fuerza, los dolores eran insoportables mientras su capacidad de moverse quedó reducida a cero.

Un mural en la pared de la habitación del hospital decía “Volveremos a estar así” y de él colgaban cantidad de fotos de momentos llenos de cariño y amistad. Las enfermeras se divertían por las noches mirando las fotos, pensando que ella, inmóvil no les oía mientras pensaba “volveremos a estar así”. Ella cada noche cogía su teléfono y dedicaba su energía a escribir algún mensaje a sus personas queridas mientras escuchaba las canciones que sus amigas le mandaban, llenas de sentido, de amor, esperanza y amistad. Sus ángeles. Y leía tantas veces como podía los mensajes del día anterior.

Flores, dulces, palabras preciosas, canciones, imágenes fueron llenando de sentido y amor cada minuto de vida hasta que llegó el gran momento de ponerse de pie y hacer los primeros pasos. Un renacimiento constante con el sueño de volver a la vida, a las amistades, seres queridos, sonrisas, solidaridad, apoyo. Necesitaba salir de allí y sentir el viento de libertad que la unía a la gente que ella quería. Volver a su trabajo, a los barrios donde participa voluntariamente, a sentir en lo más profundo el sentido de la vida, el amor y la amistad.

El día a día, la burocracia, el mercado, la corriente social nos empujan a veces a un vivir porque sí, consumiendo el tiempo libre delante de series que no sabemos ni por qué hemos elegido que nos empujan a encuentros sociales con conversaciones vacías, sin sentido, centradas en las tramas de los últimos capítulos que hemos visto, hablando de unos extraños personajes para no hablar de nuestras propias vidas. El consumo excesivo de productos de mercado no solo vacía nuestras vidas sino las de las personas que tenemos alrededor.

La opción fácil para la gente durante las semanas en el hospital y los meses siguientes de recuperación era seguir con el día a día, con los problemas de cada una, pensando en sus trabajos, dinero, criaturas, estatus, series, personajes, vidas ficticias. De haber sido así, probablemente ella no habría encontrado la fuerza para andar, para soñar y encontrar el sentido creador de vida. El equipo médico aún sigue buscando el factor del éxito mientras ella alegre les habla de las amistades, el amor, el sentido de las cosas que hace. El apalanque, la comodidad llevan a mirarse el ombligo sin darnos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor. Negando así la oportunidad de ver, entender y disfrutar de las relaciones de calidad viviendo las vidas que soñamos, sin esperar que las vivan por nosotras los personajes de las series que el mercado nos vende compulsivamente.

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Secciones: Culturas portada

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