La organización End Violence Against Children ha publicado recientemente su Informe Anual. En él se recogen los esfuerzos y avances más significativos alcanzados en el año 2022 en todo el mundo para proteger la infancia de la violencia y el abuso.
La violencia contra las niñas y los niños afecta a millones de vidas en todo el mundo. El abuso físico, psicológico y/o sexual, el trabajo infantil, el matrimonio infantil forzado o el reclutamiento en conflictos armados son sólo algunos ejemplos de las formas que adquiere la violencia la cual tiene un impacto muy negativo sobre su salud física y mental, su desarrollo y su bienestar general. Es importante ir constatando los logros a partir del trabajo basado en la evidencia así como los retos pendientes en la carrera por erradicar la violencia de las vidas de todos los niños y niñas del mundo. Los programas y actuaciones que se ponen en marcha pueden servir de ejemplo para su aplicación en otros contextos.
Así pues el Informe considera que el impacto se divide en cuatro ámbitos de actuación que son:
Las campañas de concienciación: Según explica End Violence Against Children durante el año 2022 se lanzaron campañas de concienciación a nivel mundial para informar los efectos devastadores que la violencia puede ejercer contra la infancia así como para promover e impulsar un posicionamiento activo en la denuncia de casos.
La legislación y el diseño de políticas: Han sido varios los países que han implementado leyes y políticas más sólidas para prevenir y sancionar la violencia infantil, el trabajo infantil y el abuso sexual.
El apoyo psicológico: Se amplió el acceso a servicios de apoyo psicológico para niños y niñas que han experimentado violencia. Estos servicios les han ayudado a recuperarse y reconstruir sus vidas. La colaboración internacional: Se han fortalecido las colaboraciones entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales y agencias internacionales permitiendo una mayor coordinación y efectividad de las actuaciones contra las y los menores a nivel global.
En definitiva crear conciencia, estimular nuevos compromisos de liderazgo, mejorar y compartir la evidencia sobre lo que funciona, promover acciones políticas e invertir en soluciones alcanzables han hecho posibles impactos y avances muy positivos. Aún hay retos y desafíos que afrontar como la falta de financiación en determinados contextos geopolíticos, las dificultades para acceder a los servicios de apoyo, la resistencia social y la falta de visibilización, posicionamiento y denuncia de los casos que se conocen, son algunos de los obstáculos que impiden las mejoras. La comunidad internacional debe seguir insistiendo y trabajando en conjunto para erradicarlos y brindar a la infancia de todo el mundo la seguridad y el bienestar que merece y necesita para crecer sin temor a la violencia.
