Mañana viernes 25 de agosto a las 12.00 se celebra la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF. Un momento clave para mostrar si la Real Federación de Fútbol Español con los representantes presentes aplica el protocolo de actuación de la RFEF contra la violencia sexual y cesa a su actual presidente.
Los hechos son claros, a la vista de todas las personas, el marco legal ampara a las futbolistas, no hay debate posible. Lo único que marcará si la Asamblea tomará una decisión u otra, es si sus miembros actúan como sumisos a su actual presidente, sin importarles las consecuencias de su sumisión cómplice, siendo conscientes que han dejado desprotegidas a las jugadoras desde hace tiempo, y que ahora a ojos de todo el mundo, volver hacerlo sería reincidir en la violencia sexual institucional.
Dependiendo de su decisión, serán recordados como los representantes que tomaron una posición coherente y valiente con el protocolo de violencia sexual, o por el contrario, serán recordados como sumisos a un presidente que según las informaciones publicadas en diferentes medios esta semana, es un reincidente en cuanto actos punibles según el propio protocolo de violencia sexual de la RFEF.
Desde el Ministerio de Deportes, ya se ha anunciado que si la RFEF no actúa en coherencia, entonces se implicarán en la denuncia y en su posible destitución. Paralelamente también ha habido otras personas que han denunciado su acoso, como es el caso de Tamara Ramos, o el ex árbitro Xavier Estrada dando pasos en frente contundentes.
El cese inmediato del presidente Rubiales debería ser el acuerdo que se tome en la próxima asamblea dada la gravedad de los hechos actuales y los previos, los silenciados que las propias jugadoras habían denunciado también al entrenador Vilda.
